LA CONVERSIÓN: REENCUENTRO CON DIOS
NUESTRO PADRE.
LOS CLAVOS:
Había una vez un muchacho que
tenía un mal carácter. Un día su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo:
“Hijo cada vez que pierdas la paciencia, clava un clavo detrás de la puerta”.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que
siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez
menos.
En el transcurso del tiempo
descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos. Llegó el día
en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Después de informar a su
padre éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su
carácter. Los días pasaron y el muchacho pudo finalmente anunciar a su padre
que no quedaban más clavos para retirar de la puerta.
Su padre lo tomó de la mano lo
llevó hasta la puerta y le dijo: Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos
esos hoyos en la puerta. Nunca será la misma. Cada vez que tú pierdes la
paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves. Recuerda, tú
puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo
devastará y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina
como una ofensa física. Los amigos nos hacen reír y nos animan a seguir
adelante. Nos escuchan con atención y siempre están prestos a abrirnos su
corazón.
- ¿Cuál crees que es el mensaje de la historia?
- ¿Qué implica un cambio de vida?
- ¿Nuestras actitudes negativas en qué medida dañan al prójimo y
nos alejan de Dios?
- ¿Por qué será importante cambiar de actitud?
La parábola del Hijo
Pródigo. Lucas 15, 11 – 31 Esta parábola
nos muestra la situación histórica de pecado en el que vive el hombre, las
fuerzas del mal dominan y obstaculizan el ambiente donde el hombre lucha cada
día para ver claro y hacer el bien. Y en el interior de sí mismo encuentra el
hombre también ese desacuerdo doloroso consigo mismo que le lleva al mal.
Frente a esto qué hay que
hacer para convertirse. Como nos dice Jesús en los Evangelios primero hay que creer en la Buena
Noticia, es decir en Jesús; y segundo aceptar
el Reino de Dios en nuestra vida por medio de la práctica de los valores
morales (justicia, tolerancia, etc.)
Visto de esta forma podemos
apreciar que la Conversión es un proceso
permanente de cambio actitudinal. Podemos distinguir los tipos de
conversión:
CONVERSIÓN
RELIGIOSA.-
Es aceptar con gozo y esperanza la realidad de Dios en medio del mundo,
teniendo en cuenta que las cosas y las situaciones son anuncios de Dios y de
su presencia activa en el mundo. Esta se traduce en conversión externa y
visible por medio de frutos “Muestren, pues, los frutos
de una sincera conversión…”
(Mateo 3, 8). |
CONVERSIÓN MORAL.- Exige
una manera de vivir,
con determinados modos
de conducta, se
traduce en la
práctica de los
valores dentro de
la convivencia con los demás a los cuales vemos y aceptamos como hijos
de Dios y hermanos nuestros. Se
puede lograr teniendo en cuenta los pasos siguientes: -
Reconocer nuestros pecados o culpas (Lucas 13, 18; 18, 13). -
Aceptar nuestros errores. -
Arrepentirnos de nuestras faltas y abandonar el estilo de vida anterior
(Marcos 10, 17 –31). -
Reconciliarse con Dios: amistarse con Él. -
Manifestación del cambio de actitud y proyección social (Marcos 8, 34 – 37) FRUTOS A NIVEL
PERSONAL -
Logra afianzar nuestra amistad con Dios. -
Nos da paz y tranquilidad interior. -
Da una alegría profunda e inmensa felicidad. -
Nos da deseo de hacer el bien a todos los hermanos. FRUTOS A NIVEL SOCIAL -
Permite que sigamos respetando la dignidad de las
personas. -
Oportunidad de seguir buscando y haciendo presente la
Solidaridad y la Justicia. -
Logra que afiancemos la valoración de los principios
cristianos. -
Incita a poner en práctica las obras de misericordia
corporales y espirituales para alcanzar la vida eterna. |
OBRAS DE MISERICORDIA
CORPORALES: -
Dar de comer al hambriento. -
Dar de beber al sediento. -
Vestir al desnudo. -
Dar posada al peregrino. -
Visitar a los enfermos. -
Redimir al cautivo y visitar a los presos. -
Enterrar a los muertos. OBRAS DE MISERICORDIA
ESPIRITUALES: -
Dar buen consejo al que lo necesita. -
Enseñar al que no sabe. -
Corregir al que yerra. -
Consolar al triste. -
Perdonar las injurias. -
Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas de
nuestra vida. -
Rogar a Dios por los vivos y los muertos. |
Estudiar la conversión de
Pablo (Hch 9, 1–30; 22, 5–16; Gálatas 1,
12- 17 sacar un esquema que muestre la actuación de los diferentes personajes.
Hacer un mural con las obras
de misericordia.
Haz un listado de acciones que
a corto o mediano plazo debes cumplir para cambiar determinadas actitudes que
obstaculizan tu conversión.
Prepara un mini periódico que
contenga algunos problemas más sobresalientes de nuestra patria.
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