sábado, 20 de junio de 2009

Solemnidad de la Santísima Trinidad - B


El Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro 

LECTURA DEL LIBRO DEL DEUTERONOMIO 4, 32-34. 39-40
Moisés habló al pueblo, diciendo:
«Pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: pregunta desde un extremo al otro del cielo ¿sucedió jamás algo tan grande como esto o se oyó cosa semejante? ¿Escuchó algún pueblo, como tú has escuchado, la voz del Dios, hablando desde el fuego, y ha sobrevivido?; ¿Intentó jamás algún dios venir a escogerse una nación entre las otras por mediante pruebas, signos, prodigios y guerra y con mano fuerte y brazo poderoso, con terribles portentos, como todo lo que hizo el Señor, su Dios, con ustedes en Egipto, ante sus ojos?
Así pues, reconoce hoy, y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Observa los mandatos y preceptos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos, después de ti, y se prolonguen tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre». Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL  Sal. 32, 4-5. 6 y 9. 18-19. 20 y 22

R. DICHOSO EL PUEBLO QUE EL SEÑOR SE ESCOGIÓ COMO HEREDAD
La palabra del Señor es  sincera,
y todas sus acciones son  leales;
él ama la justicia y el  derecho,
y su misericordia llena la  tierra. R.

La palabra del Señor hizo el  cielo;
el aliento de su boca, sus  ejércitos.
Porque él lo dijo, y  existió;
él lo mandó y todo fue  creado. R.

Los ojos del Señor están  puestos en quien lo teme,
en los que esperan su  misericordia,
para librar sus vidas de la  muerte
y reanimarlos en tiempo de  hambre. R.

Nosotros aguardamos al  Señor:
él es nuestro auxilio y  escudo.
Que tu misericordia, Señor, 
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.


Han recibido un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: "¡Abba!" (Padre) 

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 8, 14-17

Hermanos:
Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios.
Pues no han recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que han recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos «¡Abba!» (Padre).
Ese mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él. Palabra de Dios

ALELUYA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; al Dios que es, al que era y al que ha de venir.


Bautizados en el nombre del Padre y del Hijo 
y del Espíritu Santo 

+ LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 28, 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron. Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
«Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que yo les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el final de los tiempos».
Palabra del Señor


Meditamos

 ¿Quién es Dios para nosotros?:

- Un Dios cercano: Creador, Liberador, no hay otro fuera de él.
- Dios misericordioso que nos perdona
- Un Dios que es nuestro Padre
- y un Dios que es Trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo).

sábado, 9 de mayo de 2009

Domingo IV y V de Pascua Ciclo B



DOMINGO IV DE PASCUA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 8-12

En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: hoy ha quedado sano un hombre enfermo, y nos preguntan en nombre de quien se ha realizado esta curación; pues sepan todos ustedes y todo el pueblo de Israel que ha sido en nombre de Jesucristo Nazareno, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta este sano ante ustedes. Jesús es la piedra que desecharon ustedes los arquitectos y que se ha convertido en piedra angular; porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el cual nosotros podamos salvarnos». 
Palabra de Dios. 

Salmo (117)

R. Es el Señor quien lo ha hecho.

- Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los jefes. / R.
- Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. / R.
- Bendito el que viene en nombre del Señor, los bendecimos desde la casa del Señor. Tu eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. / R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3,1-2

Queridos hermanos: Miren que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios; y en verdad ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no lo conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Palabra de Dios. 

Lectura del santo evangelio según san Juan 10,11-18

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este rebaño, también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre». Palabra del Señor. 

El Buen Pastor
Observaciones:
- Jesús legitima su propósito de sacar a sus seguidores fuera de la Institución Judía.
- Jesús habla de sí como única alternativa de vida: Él es la Puerta verdadera. Él es el modelo de pastor, él da todo, incluso la vida por los suyos.
- De fondo, Jesús tiene unas acusaciones muy duras con los dirigentes judíos. Los fariseos son falsos pastores asalariados.
- Hablar hoy de pastores y ovejas crea confusión y malestar: no queremos identificarnos como ovejas, nos angustia la masificación y nos repugna el borreguismo.
- Bíblicamente, el rebaño es usado para designar al pueblo de Dios.

Ojo a las malas identificaciones

Esperamos siempre la llegada de gobernantes justos, de políticos honestos, de líderes que arrastren. En la Iglesia deseamos responsables que sean evangélicos. 
En la comunidad cristiana no debe haber dirigentes y dirigidos, pastores y ovejas. Todos somos hermanos y a todos nos incumbe la responsabilidad. El Buen pastor del Pueblo de Dios es Jesús: conoce a los suyos, los defiende de los peligros, da la vida por todos, reúne en la unidad, acompaña a los creyentes en su libertad de vivir y de comprometerse con la vida de los demás.
No sólo es un Pastor, es un guía. Aprendemos de él cuál es la forma más humana de vivir: asumir las actitudes fundamentales que él vivió y vivirla con generosidad, proseguir la construcción del Reino de Dios que él comenzó.
Jesús ha venido para que tengamos vida. La fe es precisamente fuente de vida. Dios es antes que nada alguien que hace vivir. Las palabras de Jesús: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia", "Doy la vida por los míos". Como creyentes sabemos que esto es verdad.
Las líneas básicas de Jesús son: el servicio, la autoridad y la responsabilidad. Es lo que diferencia de otros.
Los responsables de la Iglesia son solo servidores que deben aprender de él y seguir su ejemplo hasta la entrega de la propia vida.

Domingo V de Pascua

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 9,26-31

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles.
Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús.
Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron matarlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y de allí lo enviaron a Tarso.
La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.
Palabra de Dios. 

Salmo 21

R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.

Cumpliré mis votos delante de sus fieles. Los desvalidos comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan: viva su corazón por siempre. /R.
Lo recordarán y volverán al Señor hasta de los confines del orbe; en su presencia se postrarán las familias de los pueblos. Ante él se postrarán las cenizas de la tumba, ante él se inclinarán los que bajan al polvo. /R.
Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá, hablarán del Señor a la generación futura, contarán su justicia al pueblo que ha de nacer: todo lo que hizo el Señor. /R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 18-24

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tendremos nuestra conciencia tranquila ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó.
Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio. Palabra de Dios. 

Lectura del santo evangelio según san Juan 15,1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el viñador.si algunas de mis ramas no da fruto, él la arranca; y poda las que dan fruto para que den más fruto.Ustedes ya están limpios por las palabras que les he hablado; permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes.Como el la rama no puede producir frutos por sí misma, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí.Yo soy la vid, ustedes las ramas; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no pueden hacer nada.Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como ramas secas; luego las recogen y las echan al fuego, y arden.Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les dará.Con esto recibe gloria mi Padre, en que ustedes den fruto abundante; así serán discípulos míos.» Palabra del Señor. 

jueves, 7 de mayo de 2009

Domingo de Ramos al III Domingo de Pascua


Liturgia mes de Abril
05 de Abril


CON CRISTO, VENCEDORES DEL PECADO Y MENSAJEROS DE LA PAZ
Hoy comienza la semana más importante de todo el año cristiano. En este domingo nos sumamos a la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Pero, a la vez, lo acompañamos en su dolor y sufrimiento a través del relato de la Pasión según el evangelista Marcos. Una semana para cambiar nuestro ritmo habitual y poner a Cristo como "'prioridad total" de nuestro tiempo y de nuestra devoción.
La procesión que realizamos simboliza nuestro peregrinar por la vida hacia la patria del cielo. Este camino el cristiano lo recorre junto a Cristo. Por eso, al bendecir los ramos, le pedimos que nosotros, que seguimos alegremente a Cristo Rey, podamos con su ayuda, llegar a la eterna Jerusalén.
El clima gozoso de la procesión cede su lugar al recuerdo de los padecimientos de Jesús. Por eso es necesario repasar y recordar esta narración y abrir el corazón a los sufrimientos que Cristo vivió por cada uno de nosotros. Cristo padeció por mí, para que "'yo'" encontrara sentido a mi vida, la paz y la felicidad.
Los cristianos aclamamos a Cristo con ramos de olivo. Los evangelios hablan de "'ramas de arboles" sin precisar la especie. Pero la tradición resaltó la palma, que en algunos lugares, se daba a los vencedores. Y por supuesto, se popularizó el olivo, símbolo de la paz. En efecto, el cristiano, por Cristo y con Cristo, es vencedor del pecado y de la muerte; y a la vez, por Cristo y con Cristo, es mensajero de paz. Recordémoslo cada vez que veamos el olivo que llevaremos a casa.
Llevemos a los demás la bondad, la paz, la misericordia, el amor de Dios. Entonces, en el corazón de todos aquellos con quienes nos encontraremos nacerá la alegría. Lo mejor de sus corazones saldrá a flote: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!, exclamarán en lo íntimo de su corazón.

Evangelio de la entrada del Señor
Lectura del santo evangelio según san Marcos 11 ,1- 10
R. Gloria a ti, Señor.
Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles: «vayan al poblado de enfrente. AI entrar en él, encontrarán un burrito atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo. Y si alguien les pregunta por que lo hacen contéstenle:
"EI Señor lo necesita y lo devolverá pronto"». Fueron y encontraron el burrito en la calle, atado a una puerta, y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron: «¿Por qué tienen que desatar el burrito?» Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron. Llevaron el burrito, le echaron encima sus mantos, y Jesús montó en él. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás gritaban: «Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor. Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David. ¡Hosanna en el cielo!».
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Lectura del libro de Isaías 50,4-7
Mi Señor me ha dado una lengua de discípulo, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me despierta el oído, para que escuche como los discípulos. EI Señor me abrió el oído, y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que tiraban mi barba; no me tape el rostro ante ultrajes ni salivazos. EI Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como roca, sabiendo que no quedaría defraudado.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo (21)
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
- Al verme, se burlan de mí, hacen muecas, menean la cabeza: «Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; que lo libre, si tanto lo quiere». / R.
- Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores; me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos. / R.
- Se reparten mi ropa, echan a suertes mi túnica. Pero tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. / R.
- Contare tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alábenlo; linaje de Jacob, glorifíquenlo; témanlo, linaje de Israel. / R.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2,6-11
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 14, 1-15, 47

MONICIÓN DE ENTRADA
Acabamos de celebrar la procesión de Las Palmas. Va a comenzar nuestra Eucaristía a la cual les damos nuestra bienvenida. Y deciros que estamos en la Semana Central de nuestra realidad como seguidores de Cristo. Hoy comenzamos la Semana Santa. Conmemoramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Él sabe muy bien a qué se compromete con esta opción que ha tomado; pero, Él ha venido a cumplir una misión y la llevará hasta el final. Deja que en su entrada lo aclamen los que lo han seguido. Quiere dejarles un mensaje muy claro. Él tan sólo quiere reinar en el corazón de cada hombre, y sabe que sólo los pobres, los pequeños, los niños se decidirán a vitorearlo con todos los riesgos. Pues ellos si guardan en su interior un corazón abierto a la novedad de Dios. Y eso es lo que Jesús ha venido a buscar. Pidámosle su gracia para seguirlo durante estos días lo más cerca posible. Todos estos momentos que nos taladrarán el corazón son necesarios para llegar a la Pascua.


Monición de las lecturas
1.- La primera lectura sacada del Libro de Isaías, nos muestra al Señor, siempre cerca del que sufre. Para él tiene una palabra de aliento, una mano tendida, una ayuda crucial. Es un relato crucial del Antiguo Testamento para mejor entender la Pasión de Cristo. Es el tercer cántico del Siervo del Señor.
2.- Un fragmento de la Carta a los Filipenses, conforma la segunda lectura. San Pablo nos reclama para realizar estas acciones desde la más profunda humildad. Y como ejemplo: Cristo. Él lo hizo todo sin hacer alarde de su categoría de Dios.


PLEGARIA UNIVERSAL
S. Hermanos y hermanas: La pasión del Señor Jesús nos ha recordado que hemos sido amados sin medida. Can esta certeza, dirijámonos ahora al Padre, diciéndole:
R. Por la pasión de tu Hijo, escúchanos, Padre.
- Por la Iglesia, que en las diversas regiones de la tierra conoce la pasión, experimentando incomprensiones, persecuciones, y hasta el martirio; para que sepa asociarse en la fe al misterio pascual de Cristo y coger del árbol de la cruz el fruto de la salvación para todos. Oremos al Señor. / R.
- Por los enfermos, los moribundos y todos los que sufren; para que aceptando el cáliz de la pasión, a semejanza de Cristo paciente, tengan la firme esperanza de participar con él en su gloria. Oremos al Señor. / R.
- Por los cristianos que padecen violencia y persecución por su fidelidad al Evangelio; para que no cedan ante el desconsuelo y el deseo de venganza, sino que permanezcan unidos a la cruz de Cristo. Oremos al Señor. / R.
- Por quienes son "crucificados" por las injusticias, la prepotencia y la humillación; para que sepamos ver en estos hermanos nuestros el rostro del Cristo sufriente, solidarizarnos con ellos y ofrecer nuestra ayuda concreta. Oremos al Señor./R
S. Escucha, Padre, la oración de tu pueblo, que conmemora la pasión de tu Hijo, para que se cumpla siempre tu voluntad. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Avisos parroquiales
- Comienza, con la celebración del Domingo de Ramos la SEMANA SANTA. Les invitamos a todos a tener en casa bien a la vista el programa que les facilitamos en la hoja parroquial.
- El Martes Santo, como es tradicional, participaremos juntos en la CELEBRACIÓN DEL VIACRUCIS ARQUIDIOCESANO, en la Plaza de Armas a las 5:00 pm. Los que deseen nos concentramos hasta las 5:15 pm en la esquina del Centro Viejo. Igualmente recordamos que desde las 5:00 pm, en la Catedral, habrá sacerdotes para las confesiones.
- Como otros años queremos hacer del Monumento del Jueves Santo una expresión de nuestro amor a la Eucaristía. Pedimos que el miércoles en la tarde o el jueves en la mañana, los que nos puedan apoyar traigan FLORES BLANCAS.
- El VIERNES SANTO, como cada año, haremos la COLECTA A FAVOR DE TIERRA SANTA, ayudando a los cristianos que viven en Palestina e Israel.
- Para la celebración del SABADO DE GLORIA queremos poder adornar linda la Iglesia, pedimos flores o adornos florales para ello. Deben coordinar con al P. Ignacio. No olvidar que en ese día se bendice el agua con el que rociaremos nuestras casas y hay que venir a la celebración trayendo una vela.
DOMINGO DE RAMOS. 5 DE ABRIL 2009BENDICIÓN DE RAMOS: en las celebraciones de la Santísima Trinidad (9:00 am y 7:00 pm) y de las Capillas: San Luis (11.00 am), San Judas (11:30 am)

MARTES SANTO. 7 DE ABRIL 2009VIA CRUCIS ARQUIDIOCESANO. A las 5:00 pm en la Plaza de Armas. Concentración de los que van de la parroquia hasta las 5:30 pm en la esquina del Centro Viejo. Habrá confesiones en la Catedral para los que deseen

MIÉRCOLES SANTO. 8 DE ABRIL 2009MISA CRISMAL, en la Catedral, a las 11:00 am

JUEVES SANTO. 9 DE ABRL 2009LAUDES. Santísima Trinidad 8:00 am. Al terminar arreglo del Monumento.CELEBRACIÓN DE LA CENA DEL SEÑORSANTÍSIMA TRINIDAD. 7:00 pm. Al finalizar, y hasta las 12:00 pm VIGILIA ANTE EL SANTISIMOSAN LUIS: 7:00 pm. Al finalizar Vigilia ante el SantísimoVIERNES SANTO. 10 DE ABRIL 2009LAUDES. Santísima Trinidad 8:00 amSERMÓN DE LAS SIETE PALABRAS: Santísima Trinidad a las 12:00 m.INICIO NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA: Santísima Trinidad. 3:00 pmCELEBRACIÓN DE LA PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑORSANTÍSIMA TRINIDAD. 5:00 pm.SAN LUIS. 5:00 pm

SÁBADO SANTO, 11 DE ABRIL 2009LAUDES. Santísima Trinidad 8:00 amSOLEMNE VIGILIA PASCUAL:SANTÍSIMA TRINIDAD: 9:00 pm. La celebración empieza en el Parque de los Ed. EL TUMI. Llevar velas y agua para bendecir las casas.SAN LUIS: 7:00 pm.DOMINGO DE RESURRECCIÓN. 12 DE ABRIL 2009MISA SOLEMNE DE LA PASCUA DE RESURRECCIÓN DEL SEÑORSANTÍSIMA TRINIDAD. 9:00 am y 7:00 pmSAN JUDAS: 11:30 am.

Pascua de Resurrección
12 de Abril
FIESTA DE LA ESPERANZA
Hoy es la gran fiesta de la esperanza: Cristo ha resucitado; también nosotros resucitaremos como el. La muerte no tiene la última palabra sobre la existencia humana. Nuestro destino es la Vida, una vida, que surge del grano de trigo caído en el surco.
En el evangelio vemos que María Magdalena, al ver apartada la gran piedra con la que se cerraba la entrada al sepulcro, supone con total naturalidad, que ha habido un robo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos donde lo han puesto", le dice a Pedro y al otro discípulo.
Ante la noticia, Pedro y Juan salen corriendo. Pedro entra, examina la cámara mortuoria. ¿Qué ve? Las vendas que habían envuelto el cuerpo. Vía también el sudario con el que habían cubierto su cabeza. Estos datos hacen inverosímil la sospecha de un robo. ¿Qué ladrones se iban a entretener en despegar las vendas adheridas al cuerpo por los ungüentos perfumados, y en plegar cuidadosamente el sudario en sitio aparte?
Esta constatación bastó. EI evangelio concluye escuetamente: "vio y creyó". Pedro y Juan creyeron, aunque todavía no habían comprendido que, según las Escrituras, él debía resucitar de entre los muertos. Así de "humanos", de hombres "comunes y corrientes" fueron los apóstoles. Tuvieron que descubrir, paso a paso, el gran misterio de Jesús de Nazaret. Pero una vez descubierto, nada los detiene. Comienzan a predicar con tanto fervor, que sus palabras han llegado hasta nuestros días.
De esta forma, la historia de Jesús, que pasó por la vida haciendo el bien, liberando al hombre de sus demonios interiores, porque estaba ungido par el Espíritu, y Dios estaba can él, comienza a plasmarse en una nueva forma de vida para millones y millones de creyentes.


Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 10,34.37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Ustedes bien saben lo que sucedió en el país de los judíos, comenzando en Galilea, después que Juan predicó el bautismo. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que el había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. EI testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en el reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo (117)
R. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
- Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. / R.
- La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. / R.
- La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. / R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,1-4
Hermanos: Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de allá arriba, donde esta Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspiren a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque ustedes han muerto, y su vida esta escondida con Cristo en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también ustedes aparecerán gloriosos con él.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

o bien:

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5,6-8
Hermanos: ¡No saben que un poco de levadura fermenta la masa? Quiten la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que ustedes son como el pan sin levadura. Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así, pues, celebremos la Pascua, no con levadura vieja, levadura de corrupción y de maldad, sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA
Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia de la Pascua. Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables unió con nueva alianza. Lucharon vida y muerte en singular batalla, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta. «¡Qué has visto de camino, María, en la mañana?» «A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza! Vengan a Galilea, allí el Señor aguarda; allí verán los suyos la gloria de la Pascua». Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado; la muerte en ti no manda. Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa.


Lectura del santo evangelio según san Juan 20,1-9
R. Gloria a ti, Señor.
EI primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando aun estaba oscuro, y vio la piedra quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos donde lo han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo y fueron rápidamente al sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que el había de resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Monición de las lecturas
1. El kerygma anunciado por Pedro es una respuesta comprometida de fe hacia Aquel que murió y resucitó.
2. La mirada del cristiano, que vive intensamente su bautismo, es un constante anuncio al mundo que sólo con Cristo podemos tener perspectiva de eternidad más allá de la muerte.
PLEGARIA UNIVERSAL
S. Hermanos, y hermanas: La Pascua es la máxima fiesta de los cristianos: Jesús Resucitado vive para siempre y un mundo nuevo ha comenzado con él. Pidamos, pues, al Padre para que la fuerza liberadora de este acontecimiento nos transforme. Nos unimos en la oración, diciendo:
R. Señor, vida y resurrección nuestra, escúchanos.
- Por la Iglesia; para que quienes creemos en Cristo Resucitado, sepamos anunciar al mundo con gozo y gratitud la resurrección del Señor. Oremos al Señor. / R.
- Por el Papa, los obispos, los sacerdotes, los diáconos y todos los cristianos; para que sean testigos audaces que indican un futuro de esperanza y orienten por el camino que lleva a Cristo a los que dudan. Oremos al Señor. / R.
- Por nuestras familias; para que sepamos compartir el don del Señor con una festiva hospitalidad, que se extienda a los pobres, a los olvidados y a los sufrientes. Oremos al Señor. / R.
- Por nosotros, reunidos en el nombre de Cristo; para que se encienda nuestro corazón con su palabra y nos haga comprender el sentido actual que tiene su muerte y resurrección en nuestra vida. Oremos al Señor. / R.
S. Padre, en la Pascua, centro y corazón de la fe, confirma nuestra esperanza en una vida más allá de la muerte. Haz que nunca nos dejemos vencer por el temor y colaboremos en la construcción de un mundo mejor, renovado en Cristo. El, que vive reina por los siglos de los siglos. R. Amén.

DOMINGO II DE PASCUA
JESÚS SIEMPRE TRAE LA ALEGRÍA Y LA PAZ
¿Qué significa hoy para nuestra vida "resucitar"? Significa "pasar"de un estilo de vida menos humano a otra estilo de vida más humano; de una forma de vida menos cristiana a otra más cristiana. Para hacerlo necesitamos el impulso de la fe. La victoria que triunfa sobre el mundo es nuestra fe.
La fe cristiana nos hace vencer el pesimismo, el desánimo, la indiferencia, el egoísmo, la maldad en todas sus formas, y nos hace creer en Jesús, el hombre ideal que "pasó por el mundo haciendo el bien", vencedor de la muerte con su resurrección.
La fe cristiana también es fuente de paz profunda, una paz que el mundo no puede dar ni quitar, porque consiste en la posesi6n de Cristo. Por tres veces repite Jesús su saludo de paz en el pasaje de hoy:
"La paz esté con ustedes". Jesús siempre trae la alegría y la paz pero no lo hace "mágicamente". Hay que buscarla en la oración, en su palabra, en la caridad. Hay que acercar la mano al costado de Cristo, un costado abierto en cada hombre que sufre, esta solo, enfermo, abandonado...
La fe es, sin duda, una experiencia íntima, personal e intransferible. Por eso Tomás no creyó hasta que estuvo con Jesús. Pero es, al mismo tiempo, una experiencia comunitaria, compartida unos a otras. Y esto nos lleva inevitablemente a preguntarnos: ¿Cómo vivimos nuestra fe? ¿Somos individualistas? ¿Vivimos la fe con las "puertas cerradas", como los discípulos? ¿Vivimos en una "común-unidad", o somos un "rejuntado" de individualidades?
Nuestra es la decisión de vivir nuestra fe comunitariamente, sintiendo a los demás como hermanos, integrándonos a las actividades parroquiales, brindando lo que tenemos y lo que somos para que nadie pase necesidad. Entonces, también nosotros, como los discípulos del evangelio, descubriremos al Señor y nos llenaremos de alegría.
MONICIÓN
Hermanos y hermanas: Como a los discípulos reunidos en el Cenáculo también a nosotros, aquí congregados, se nos aparece el Señor Jesús. Reconozcámoslo en medio de nosotros, reunidos en su nombre, según su promesa, en la solemnidad de este domingo de la octava de Pascua y dedicado ala Divina Misericordia.
BENDICIÓN Y ASPERSIÓN DEL AGUA
GLORIA
MONICIÓN DE LAS LECTURAS
1.- La experiencia pascual de la iglesia primitiva es reflejada en los Hechos de los Apóstoles, que muestran la comunidad viviendo en comunión y en conversión.
2.- La carta del apóstol Juan nos invita a profundizar en nuestro bautismo, por el cual nacemos de Dios y tenemos un nuevo estilo de vida.
PLEGARIA UNIVERSAL
S. Hermanos y hermanas: El Padre nos ha convocado para que juntos celebremos la resurrección del Señor Jesús. Pidámosle que nos ayude a comprender la desconcertante experiencia vivida por el apóstol Tomás. Uniéndonos en la oración decimos:
R. Acrecienta, Padre, nuestra fe en el Resucitado.
- Por la Iglesia; para que todos los cristianos reencontremos el sentido del gozo y de la fiesta, alrededor de Cristo; redescubramos la urgencia de trabajar por la paz y la justicia, empeñándonos por erradicar las discriminaciones entre nuestros semejantes. Roguemos al Señor. / R.
- Por los cristianos perseguidos por su fidelidad al Resucitado; para que con audacia y convicción, den testimonio de su fe, esperanza y caridad, convirtiéndose en instrumentos de paz y de solidaridad. Roguemos al Señor. / R.
- Por los alejados, los incrédulos y los que viven en permanente duda, como Tomás; para que nuestra fidelidad y testimonio cotidiano les ayude a reconocer en Jesucristo al Hijo de Dios, y a hacer de él el centro de la existencia. Roguemos al Señor. / R.
- Por nosotros, aquí reunidos; para que podamos reconocer al Maestro, renovando siempre la voluntad de construir una comunidad de fe madura y vivida. Roguemos al Señor. / R.
S. Padre, Jesucristo, tu Hijo, nos acoge como hijos y hermanos en tu reino. Haznos capaces de dar testimonio de su resurrección en nuestra familia, en la comunidad parroquial, en nuestros lugares de trabajo y de estudio. Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor. R. Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4,32-35
En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie consideraba como propio nada de lo que tenía. Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús; y todos gozaban de gran estima entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo (117)
R. Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
- Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. / R.
- La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó me castigo el Señor, pero no me entregó a la muerte. / R.
- La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. / R.


Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 5 1-6
Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama al Padre, que da el ser, debe amar también a todo lo que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son una carga, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Lectura del santo evangelio según san Juan 20 19-31
R. Gloria a ti, Señor.
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a lo judíos. Yen esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a ustedes». Y, diciendo esto, les ensenó las manos y el costado. Y 1os discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo; a quienes ustedes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan les quedan retenidos». Tomás, uno de los doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero el les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los c1avos, si no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a ustedes». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo: aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto». Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

DOMINGO III DE PASCUA
USTEDES SON MIS TESTIGOS
En rigor, estamos habituados a ver personas muertas; pero no personas “resucitadas”. Es lógico lo que les pasó a los discípulos: Atónitos y llenos de temor creían ver un fantasma. Pongámonos por un momento en su lugar: lo habían visto padecer, morir y ser sepultado. Se habían derrumbado sus ilusiones mesiánicas ante un fracaso tan notorio. En ese estado de ánimo, se les aparece Jesús. ¡Cómo no iban a estar turbados y llenos de dudas! ¡Creían ver un fantasma!
Con gran paciencia, Jesús acumula pruebas que evidencian su identidad corpórea, aunque glorificada. “Soy yo mismo. Toquen y vean”, les dice; y así, por la vía de experiencia, les demuestra que hay identidad de persona: ¡el Crucificado es el Resucitado! Pero Jesús no se conforma con ello. A Cristo se lo acepta por la fe. Por eso, les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras. Progresivamente, Jesús los lleva del miedo y la duda a la alegría y la fe.
En esta escena y en estos sentimientos, estamos retratados -¡una vez más!- todos los creyentes. ¿No es verdad que, muchas veces, nuestra fe es atemorizada y atemorizante, una fe que pareciera oprimirnos y no una que nos llena de gozo, admiración, esperanza y apertura de corazón? Como hizo con los discípulos, Jesús quiere consolidar nuestra fe y constituirnos testigos de su resurrección.
Un ejemplo a tener en cuenta, lo tenemos en un relato de la Segunda Guerra Mundial: En una ciudad alemana bombardeada, encontraron entre las ruinas, un Cristo a quien le faltaban las manos y las piernas. Aquellos habitantes decidieron conservar así, sin manos y sin pies, a aquel Cristo, como recuerdo de la barbarie de la guerra y también de que somos nosotros los llamados a ser las manos y los pies de Cristo. Una excelente manera de describir nuestra misión de testigos: ser las manos y los pies de Cristo para llevar su mensaje de justicia, de fraternidad, de esperanza, de amor a cuantos nos rodean.

MONICIÓN
Hermanos y hermanas: Jesús les mostró “sus manos y su costado” a los discípulos para convencerlos que era verdaderamente él, que había resucitado. Cristo, el Señor de la vida, vive para siempre entre nosotros. A pesar de nuestras debilidades, nos ama y confía en nuestro amor: quiere que seamos testigos de su amor, su misericordia, su resurrección.
BENDICION Y ASPERSION DEL AGUA
GLORIA
MONICIÓN A LAS LECTURAS
1.- El anuncio de Pedro es un llamado a profundizar en las Escrituras y descubrir el plan de Dios que Jesucristo llevó a cabo en plenitud.
2.- El apóstol Juan nos recuerda que Jesucristo se ofreció por nosotros para librarnos del pecado y de la muerte, y por ello debemos vivir en la verdad.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 3,13-15.17-19
En aquellos días, Pedro dijo a la gente «El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que ustedes entregaron y rechazaron ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Ustedes rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; ustedes mataron al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Sin embargo, hermanos, se que lo hicieron por ignorancia, de la misma manera que sus autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenga que padecer. Por tanto arrepiéntanse y conviértanse, para que se borren sus pecados». Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo 4
R. Haz brillar sobre nosotros el resplandor de tu rostro.
- Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha mi oración. / R.
- Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?» / R.
- En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tú sólo Señor, me haces vivir tranquilo. /R.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2,1-5
Hijos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguno peca, tenemos un abogado ante el Padre: a Jesucristo el Justo. El es víctima de propiciación por nuestros pecados no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, Ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 24,35-48
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: «Paz a ustedes». Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. El les dijo: «¿Por qué se asustan?, ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies: soy yo en persona. Tóquenme y dense cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como ven que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría y el asombro, les dijo: «¿Tienen ahí algo de comer?». Ellos le ofrecieron un trozo de pescado asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: «Esto es lo que les decía mientras estaba con ustedes: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y Salmos acerca de mí tenía que cumplirse». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: «Así estaba escrito: el Cristo padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto».

Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

PLEGARIA UNIVERSAL
S. Hermanos y hermanas: Los apóstoles han pasado del desconsuelo por la muerte del Maestro a la alegría incontenible por el encuentro con el Resucitado. Oremos juntos y digamos:
R. Quédate siempre con nosotros, Señor.
- Por la Iglesia, familia de los creyentes; para que los cristianos, caminando al paso de la humanidad, sepan llevar a todos la esperanza gozosa de la resurrección en Cristo. Roguemos al Señor. /R.
_ Por los misioneros, los predicadores, los catequistas; para que sepan anunciar a Cristo con confianza, ternura y entrega, a los fuertes y a los débiles, a los sabios y a los ignorantes, en cada rincón de la tierra. Roguemos al Señor. /R.
_ Por los que se encuentran en camino y aún no han llegado a creer; para que descubran al Señor caminando junto a ellos, compartiendo su mismo pan y sus corazones se llenen de alegría. Roguemos al Señor. / R.
_ Por nosotros, reunidos aquí en el nombre de Cristo; para que se encienda nuestro corazón con su palabra y nos haga comprender el sentido actual que tiene su muerte y su resurrección en nuestra vida. Roguemos al Señor. /R.
S. Padre, tu has devuelto la vida a tu Hijo muerto en la cruz por nuestros pecados. Por su sacrificio satisface las aspiraciones de nuestro corazón, de manera que Jesús resucitado permanezca entre nosotros como signo de tu indefectible amor. Te lo pedimos por el mismo Cristo, nuestro Señor. R. Amén.


Lecturas de la semana
Lunes 20: Hechos 4,23-31 ;Sal 2; Juan 3,1-8.
Martes 21: Hechos 4,32-37; Sal 92; Juan 3,5a.7b-15.
Miércoles 22: Hechos 5,17-26; Sal 33; Juan 3,16-21
Jueves 23: Hechos 5,27-33; Salmo 33; Juan 3,31-36
Viernes 24: Hechos 5,34-42; Sa126; Juan 6,1-15
Sábado 25: San Marcos Evangelista (f) 1 Pedro 5,5b-14; Sal 88; Marcos 16,15-20.
3° DOMINGO DE PASCUA
Domingo 26: Hch 3,13-15.17-19; Sal 4; 1Juan 2,1-5; Lucas 24,35-48.
Lunes 27: Santo Toribio de Mogrovejo (f) Is 6, 1-8; Sal 116; 1Cor 4,1-5; Mt 28,16-20.
Martes 28 Hch 7,51-8, 1a; Sal 30; Jn 6,30-35
Miércoles 29: Santa Catalina de Siena (mo) Hechos 8,1-8; Sal 65; Juan 6,35-40.
Jueves 30: San Pío V, Papa(ml) Hechos 8,26-40; Salmo 65; Juan 6,44-51.
Viernes 01: San José Obrero. Hechos 9,1-20; Salmo 116; Juan 6, 52-59.
Sábado 02: San Atanasio (mo). Hechos 9,31-42; Sal 115; Juan 6,60-69
IV DOMINGO DE PASCUA
Domingo 03: Hechos 4,8-12; Salmo 117; 1Juan 3,1-2; Juan 10,11-18

viernes, 27 de febrero de 2009

Domingo I al V de Cuaresma - B


Lectura del libro del Génesis 9,8-1 5

Dios dijo a Noé y a sus hijos: “Voy a establecer mi alianza con ustedes y con sus descendientes, con todos los animales que los acompañaron: aves, ganado, y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Esta es mi alianza con ustedes: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra». Y Dios añadió: «Esta es la señal de la alianza que establezco con ustedes para siempre y con todos los seres vivos que los han acompañado: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi alianza con ustedes y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes». Palabra de Dios. 

Salmo (24)

R. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad.

- Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tu eres mi Dios y Salvador. / R.
- Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas. Acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. / R.
- El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. / R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 3,18-22

Queridos hermanos: Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este Espíritu, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que habían sido rebeldes en los tiempos de Noé, cuando la paciencia de Dios aguardaba, mientras se construía el arca, en la que unos pocos -ocho personas- se salvaron cruzando las aguas. Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente los salva a ustedes y que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en implorar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Cristo Jesús, Señor nuestro, que llegó al cielo, está sentado a la derecha de Dios y se le sometieron ángeles, dominaciones y potestades. Palabra de Dios. 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1,12-15

En aquel tiempo, el Espíritu llevó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre las fieras salvajes, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio». Palabra del Señor. 

DOMINGO II DE CUARESMA

Lectura del libro del Génesis 22,1-2.9-13.15-18

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abraham, llamándole: «¡Abraham!» EI respondió: «Aquí me tienes». Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré». Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abraham levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abraham tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: «¡Abraham, Abraham!» El contestó: «Aquí me tienes». EI ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora se que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo». Abraham levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. EI ángel del Señor volvió a gritar a Abraham desde el cielo: «Juro por mí mismo-oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido».
Palabra de Dios. 

Salmo (115)

R. Caminaré en presencia del Señor.

- Tenía fe, aun cuando dije: «¡Qué desgraciado soy!» Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. / R.
- Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. / R. .
- Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo, en el atrio de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén. / R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8,31 b-34

Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? EI que no perdonó a su Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a damos gratuitamente todas las demás cosas juntamente con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que salva. ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? Palabra de Dios. 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9,2-10

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió únicamente con ellos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de una blancura deslumbrante, como nadie en el mundo podría blanquearlos. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía, porque estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escúchenlo». De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos. Cuando bajaban de la montana, Jesús les mandó: «No cuenten a nadie lo que ustedes han visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos». Esto se les quedo grabado, y discutían que querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos». Palabra del Señor.

DOMINGO III DE CUARESMA

Lectura del libro del Éxodo 20,1-17

En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí. No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en vano, porque no dejará el Señor sin castigo a quien pronuncie su nombre en vano. Fíjate en el sábado para santificarlo. Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él». Palabra de Dios. 

Salmo (18)

R. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

- La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. / R.
- Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. / R.
- La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. / R.
- Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que destila. / R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,22-25

Hermanos: Mientras los judíos exigen milagros, los griegos buscan sabiduría; nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, locura para los paganos; pero, para los que Dios ha llamado-sean judíos o griegos-, Cristo es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo que en Dios parece locura es mucho más sabio que toda sabiduría humana; y lo que en Dios parece debilidad es más fuerte que toda fuerza humana. Palabra de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Juan 2,13-25

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quiten esto de aquí; no conviertan en un mercado la casa de mi Padre». Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «EI celo de tu casa me devora». Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?». Jesús contestó: «Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré». Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿Y tú lo vas a levantar en tres días?». Pero el hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que había dicho eso, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús. Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no confiaba en ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie acerca de los hombres, porque el conocía lo que hay dentro de cada hombre. Palabra del Señor. 

Reflexión. (Tomada de: Casa para tu fe Católica)

1. La hermosa simplicidad de los Mandamientos

1.1 Alguien dijo: "Tantos códigos, constituciones, decretos y leyes de los hombres... para explicar lo que ya está en los Diez Mandamientos...". Y así es.
1.2 Los mandamientos son el maravilloso compendio del querer de Dios para el hombre. No han pasado ni se han quedado sepultados en el Antiguo Testamento. Cuando aquel joven (Mt 19) le preguntó a Jesús qué tenía que hacer para tener vida, la primera respuesta de Jesús fue: "cumple los mandamientos". En la Palabra Divina hay vida y ello es particularmente cierto cuando se trata de estas palabras a las que con razón se ha llamado "caminos de libertad".
1.3 ¿Qué dicen en esencia los mandamientos? Aquello que Cristo nos hizo el favor de sintetizar. Pues si todavía nos parecía demasiado que hubiera DIEZ mandamientos, Jesús condensa todo en sólo DOS: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón... y a tu prójimo como a ti mismo" (Lc 10,27). Ser bueno es sencillo. Es posible que sea difícil, pero es sencillo.

2. La locura de la Cruz

2.1 Al parecer, Dios se propuso curar la locura de nuestro pecado con la locura de su gracia. Si nos parece absurdo que Dios entregue a su propio y único Hijo por nosotros, meditemos si no es primero absurdo darle la espalda a un Dios tan bueno.
2.2 El mandamiento principal es "amar a Dios sobre todas las cosas". Esto resulta imposible y loco, dado el atractivo y la utilidad que tienen tantas cosas que nos seducen, y dado el poder de la maldad que nos acobarda en la práctica del bien. La razón humana puede descubrir sin esfuerzo la belleza de una vida que tiene a Dios en primer lugar, pero luego resulta que la vida no sigue ese mismo camino que ve la mente, en razón de nuestra debilidad interior, de la cobardía que nos produce la arrogancia del mal y del encanto que tienen las cosas que nos apartan y dividen de Dios.
2.3 Por eso necesitamos una fuerza nueva, un poder invencible, una razón por encima de nuestra razón, que tenga eficacia en nuestras almas flacas y enfermas. Y eso es la Cruz. Es el amor que antecede y sobrepuja a todo amor. Por eso la Cruz, el amor de la Cruz, es el corazón de la predicación cristiana.

3. "No se fiaba de ellos"

3.1 Según lo dicho, podemos fiarnos de Dios. Nos inspira confianza y gratitud infinitas desde el madero de la Cruz. Mas el Evangelio dice que Jesús "no se fiaba" de la gente. Así sucede porque nuestro amor, así esté pegado al templo, no tendrá fortaleza mientras no se una al templo vivo que es el Cuerpo de Cristo. Donde entendemos que también las cosas de Dios en un momento dado pueden apartarnos de Dios. Y que hay ídolos que no tienen cara y manos.
3.2 Esto es bueno recordarlo porque, con referencia a la primera lectura, se gozan los protestantes en criticar a los católicos porque utilizamos imágenes. ¡Como si el tema de la idolatría se superara rompiendo yeso y quemando madera! El problema no está en esas imágenes de nuestros templos, las cuales si son bien utilizados más bien ayudan e inspiran a la piedad: el problema está en la perversa tendencia idolátrica del alma humana, que es capaz de hacer un ídolo incluso del templo de Dios.
3.3 Por eso todos, protestantes y católicos, tenemos que pegarnos a la Cruz de Cristo; todos, todos los seres humanos, hemos de encontrarnos en las entrañas de amor de Jesús y allí recibir y agradecer el regalo de la redención.


DOMINGO IV DE CUARESMA

Lectura del segundo libro de las Crónicas 36,14-16.19-23

En aquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, según las costumbres abominables de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que el Señor había consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor se encendió sin remedio contra su pueblo. Los caldeos incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén; prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del reino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: «Hasta que el país haya pagado sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años». En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra del Señor, por boca de Jeremías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: «Así habla Ciro, rey de Persia: “El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre ustedes pertenezca a su pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo acompañe”. 
Palabra de Dios. 

Salmo (136)

R. Que no me olvide de ti, Señor.

- Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras. / R.
- Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros opresores, a divertirlos: «Cántennos un cantar de Sión». / R.
- ¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera! Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha. / R.
- Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén, en la cumbre de mis alegrías. / R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2,4-10

Hermanos: Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo -por pura gracia están ustedes salvados-, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así quiso mostrar a los siglos venideros la inmensa riqueza de su gracia, por la bondad que nos manifestó en Cristo Jesús. Por la gracia, en efecto, han sido salvados mediante la fe. Y no se debe a ustedes, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Pues somos obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos. 
Palabra de Dios. 

Lectura del santo evangelio según san Juan 3,14-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él. El que cree en él no será condenado; por el contrario, el que no cree ya esta condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios». Palabra del Señor.

Comentario Bíblico

Nicodemo se muestra como una figura del mundo creyente que no sabe cómo ser fiel al proyecto de Dios. De manera semejante, actualmente, hay quienes creen en Jesús y tampoco saben de qué forma nacer a una vida nueva. Jesús va más allá, y es capaz de demostrar que puede vencer los límites propios de la condición humana, como la muerte. Sus contemporáneos se preguntan acerca del final de la vida y quieren asegurársela sin pasar por la muerte.

Dios no quiere que las personas se pierdan. El querer de Dios estriba en que todos se salven y venzan el mal con el poder del amor. Él desea crear canales que comuniquen vida en plenitud. La mentalidad judía de aquel tiempo decía que el Juicio se haría al final de los tiempos, cuando los vivos y los muertos debieran presentarse ante el tribunal de Dios. No obstante, para muchos, el juicio de Dios se fragua “ya”, aquí y ahora, en la identificación de las personas y de la sociedad como un todo. Pero Jesús no juzga ni condena, simplemente suscita “ese” juicio. Las personas son quienes se juzgan a sí mismas al confrontarse con el testimonio de Jesús, y optan por una vida con o sin él.

Cuando optamos por el mal y no seguimos los criterios de Dios, para buscar los intereses propios, entonces terminamos por encontrarnos con nuestro egoísmo y nos cerramos a la revelación luminosa del amor de Dios. En cambio, quien procura siempre vincularse con Jesús, está abierto a la luz de su amor. Por eso Dios considera necesario librarnos de todo mal al creer en su Hijo, Jesús, pues hemos nacido para disfrutar la vida con él, que nos conduce a la paz y la felicidad.

DOMINGO V DE CUARESMA

Haré una alianza nueva y no recordaré sus pecados

Lectura del libro de Jeremías 31, 31-34

«Miren ustedes que llegan días -Oráculo del Señor- en que haré con la descendencia de Israel y de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor -Oráculo del Señor-. Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días-Oráculo del Señor-: Pondré mi ley dentro de ellos, la escribiré en sus corazones; yo seré su, Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano diciendo: "Reconoce al Señor". Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande -Oráculo del Señor-, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados». Palabra de Dios. 

Salmo (50)

R. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

- Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. / R.
- Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. / R.
- Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: ensenaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. / R.



Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación 

Lectura de la carta a los Hebreos 5 7-9


Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo; aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. Palabra de Dios. 

Si el grano de trigo muere da mucho fruto

Lectura del santo evangelio según san Juan 12,20-33

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; estos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se desprecia a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga; y donde esté yo, allí también estará mí servidor. A quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre glorifica tu nombre». Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo». La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: “Esta voz no ha venido por mí, sino por ustedes. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí”. Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir. Palabra del Señor.

Comentario


1. Una solución radical
1.1 El trayecto largo, y tantas veces dolorido, del Antiguo Testamento deja una cosa en claro: el problema del mal en la raza humana requiere de soluciones radicales. Aunque "radical" no debe significar "violento", sino simplemente lo que indica su etimología: directo a la raíz.
1.2 Uno puede creer que el hombre va a ser mejor con nuevas leyes, mejores estudios, mayores ingresos, más amplias formas de expresión, mucha o menor libertad... ¡cuántos experimentos se han hecho, por vía de dureza o de "laissez-faire", para comprobar que "hecha ley, hecha la trampa"! Se le ha hecho de todo al ser humano: torturarlo, perseguirlo, mimarlo, atiborrarlo de cosas, embriagarlo de placeres, y al final descubrimos que hay una hierba mala que resiste todos los climas y culturas. Necesitamos algo distinto y eso es lo que muestra la primera lectura: directo a la raíz; directo al corazón.
1.3 La ley de Moisés, expresión sapiente pero insuficiente, debe alcanzar "plenitud" : no escrita ya en tablas de piedra sino en los corazones. El "corazón", sede de los pensamientos, decisiones y afectos más profundos, según la Biblia, es el verdadero baluarte en que ha de entrar como Rey el señor, si de veras queremos sanear radicalmente el problema del mal.

2. La pasión "interior" que vivió Cristo
2.1 Este es el último domingo antes de la Semana Santa. Es preciso prepararnos con mayor atención y estar despiertos con mayor amor a los misterios que verán nuestros ojos, y las palabras que bendecirán nuestro corazón, dándole salud y conversión.
2.2 Y a ese propósito nos ayuda la segunda lectura: es como un vistazo al misterio "interior" de Cristo, allí donde su corazón experimentó dolor y miedo, y a la vez, amor y obediencia. Bien podemos decir que es la parte de la Pasión que más nos interesa, porque es allí donde también palpita el drama de nuestras propias cobardías frente al poder, violento o seductor, del mal. La pasión "externa", la de los azotes, clavos y cruz, la conocemos; pero ¿hemos contemplado con igual o mejor amor esta "pasión interior" de nuestro Redentor?
3. "Queremos ver a Jesús"
3.1 Y ya que hoy hablamos así del corazón y sus misterios, reconozcamos en la súplica de aquellos griegos el anhelo más hondo de nuestro propio corazón. Si hacemos silencio, si por un instante nos apartamos de la tiranía del consumo y de las solicitaciones del bienestar oiremos que el alma nuestra, en su fondo más íntimo susurra: "¡quiero ver a Jesús!"
3.2 Y el corazón del Padre se deja oír, mostrando que en ese Hijo Adorado y Adorable está todo el esplendor del universo. Y el Hijo mismo nos habla y señala con mano firme, aunque agobiada de dolor, en dónde es posible verle y reconocerle: "cuando yo sea levantado atraeré a todos hacia mí..."
3.3 Es allí en la Cruz donde se devela el misterio inagotable de un amor que no se acaba. Es allí, en la Cruz de Amores, donde un grito de gracia ha quedado vivo y patente para ser escuchado "en el cielo, en la tierra, en el abismo". Es allí donde nuestro corazón hallará su descanso y encontrará por fin saciedad para su súplica más honda y entrañable. De Casa para tu fe Católica (Fr Nelson OP)

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