jueves, 18 de diciembre de 2008

Domingo IV de Adviento - Ciclo B


Monición de entrada
Poco a poco se ha ido iluminando nuestra esperanza. La luz ha ido aumentando semana a semana. Pronto llegará la gran luz, Cristo, que con su claridad hará palidecer todas las demás. Pero ¿hemos encendido nosotros la luz en nuestro interior?; ¿en qué ocasiones concretas hemos sido luz para los demás, durante el adviento? Acerquémonos al Señor que viene con conciencia de que él puede liberarnos de todas nuestras esclavitudes, sacarnos de la mediocridad e igualar nuestras desigualdades. En silencio y en esta Eucaristía le decimos: ¡Ven, ven Señor, no tardes!

Lecturas
1.- La promesa dinástica a David fundamenta el mesianismo real. No es el rey el llamado a hacer una casa para Dios, que está con su pueblo en todo lugar. Es Dios quien hace una casa para el rey y para su pueblo: elige a sus descendientes y los declara hijos. Cada rey que nace despierta la esperanza en el que ha de instaurar el reino justo de Dios. Es un símbolo mesiánico y una toma de conciencia del pueblo de Dios que se hace en la esperanza.
2.- El Evangelio es una Buena Noticia para la humanidad; pero los hombres no habrían podido jamás imaginar su contenido si no hubiera habido una expresa revelación de Dios.

Lectura del segundo libro de Samuel 7-1-5. 8b-11. 16.
Cuando el rey David se estableció en su palacio y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al Profeta Natán:
—Mira: yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.
Natán respondió al rey:
—Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor:
—Ve y dile a mi siervo David: «¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella?
Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que animales lo aflijan como antes, desde el día que nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel.
Te pondré en paz con todos tus enemigos, te haré grande y te daré una dinastía. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia y tu trono durará por siempre.»

Salmo 88
R/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.»R.
Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificare tu trono para todas las edades.» R.
El me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R.

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 16,25-27.
Hermanos:
Al que puede fortalecernos según el evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús —revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en la Sagrada Escritura, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe—, al Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1,26-38.
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando a su presencia, dijo:
—Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres.
Ella se turbó ante estas palabras, y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
—No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Y María dijo al ángel:
—¿Cómo será eso, pues no conozco varón?
El ángel le contestó:
—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.
María contestó:
—Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.

EL SI DE MARÍA ES NUESTRO SI
La que primero escuchó esta Buena Noticia -desde la más profunda admiración, alegría y gratitud- fue María de Nazaret, una humilde muchacha de un pueblo insignificante, Nazaret. Y su respuesta fue de acogida abierta: «Hágase en mí según tu palabra». Sería bueno que hoy proclamáramos el cuarto prefacio del Adviento, «María, nueva Eva»: si el «no» de Eva tuvo las consecuencias que tuvo, el «sí» de María nos abrió la puerta a la venida del Salvador. Ella aparece hoy como la mejor representante de todos los que en el A.T. esperaron al Mesías -la verdadera «hija de Sión»- y de todos los que en el N.T. acogieron al enviado de Dios -la primera cristiana, miembro de la Iglesia de Jesús.
Este ejemplo nos estimula a que también nosotros respondamos a la venida del Señor con la apertura de puertas y corazones. Muchos, en este mundo, no saben por qué hacen fiesta o por qué se hacen regalos en la Navidad. Nosotros, los cristianos, sí, y nos disponemos a celebrarla desde un nivel humano, y a la vez de fe, por la renovada gracia de la venida del Señor. Y lo hacemos con las mismas actitudes que vemos en María: confianza, humilde agradecimiento, total apertura a su voluntad, alegría por la venida de Dios a nuestra historia y convicción de que desde entonces, hace dos mil años, Cristo Jesús, aunque no le veamos, está muy activamente presente en nuestra vida. Lo demás es consecuencia: porque ésta es una Buena Noticia como para hacer fiesta y alegrarse y reunirse en familia y felicitarse.
Cuando celebramos la Eucaristía es siempre Navidad. Porque el Señor, ahora Resucitado, se nos hace realmente presente en nuestra comunidad, en la Palabra que se nos proclama, en el pan y el vino. Lo que pasó en María el día de la Anunciación -Cristo se hizo presente en ella por obra del Espíritu- es lo que pasa en nuestro altar, cuando el pan y el vino se conviertan por obra del mismo Espíritu en el Cuerpo y Sangre salvadores de Cristo Jesús, que se nos da como alimento. Por eso la Eucaristía es la mejor preparación y la mejor celebración de la Navidad.

Oración de los fieles
Junto con María vamos a proclamar las grandezas de Dios, y por su mediación ponemos en sus manos nuestras súplicas, con la seguridad de ser escuchados.
R.- MADRE DEL ADVIENTO, ESPERAMOS A TU HIJO.
1.- Tú, María, que dijiste Sí a Dios desde lo más profundo de tu corazón, haz que tu Iglesia renueve su sí de fidelidad cada día sin importarle las consecuencias que de ello puedan derivarse. OREMOS
2.- Tú, María, que en silencio llevaste el peso de tu maternidad ante los juicios y las críticas de tus allegados, envía tu protección a los que sufren, a los que no se sienten comprendidos, a los que son objeto de malos entendidos para que se aclare su problema y vuelva a ellos la confianza perdida. OREMOS
3.- Tú, María, que anduviste un camino incierto por un mandato de Roma, ayúdanos en nuestro caminar con tantas piedras, tantos baches, tantas caídas, para que seamos fuertes y sigamos adelante sin desfallecer. OREMOS.
4.- Tú, María, que fuiste madre en unas condiciones tan precarias, ayuda a todas las madres que se sienten solas y desprotegidas en ese momento tan especial, para que encuentren unos brazos abiertos que les ayuden a salir de esa situación. OREMOS
5.- Tú, María que ayudaste a salvar al mundo desde la más férrea pobreza, ayúdanos a ser generosos y cariñosos con los pobres, los parados, los marginados de la sociedad y todos los que de una u otra forma se encuentran en una situación desafortunada y dolorosa. OREMOS
6.- Tú, María, para que contigo sintamos la cercanía del Señor que viene a salvarnos, a liberarnos y a consolarnos para que vivamos llenos de alegría. OREMOS

Celebrante: Recibe nuestro agradecimiento, Señor Padre Nuestro, junto con María, la Madre de Tu Hijo, por la generosidad que has tenido mandando al mundo a tu propio Hijo para salvarnos. Queremos colaborar con Él en la tarea de la salvación. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Lecturas del día
Lunes 22: 1 Sam 1, 24-28; Sal 1 Sam 2,1-8; Lc 1, 46-56 Martes 23: Mal 3, 1-4. 23-24; Sal 24; Lc 1, 57-66
Miércoles 24: 2 Sam 7:1-5, 8-12, 14, 16; Sal 89; Lc 1:67-79
Vigilia de Navidad (Solemnidad) Is 62, 1-5; Sal 88; Hch 13, 16-17. 22-25; Mt 1, 1-25
Jueves 25: Navidad Is 52, 7-10; Sal 97; Heb 1, 1-6; Jn 1, 1-18
Viernes 26: Fiesta San Esteban, mártir Hch 6, 8-10; 7, 54-59; Sal 30; Mt 10, 17-22
Sábado 27: Fiesta San Juan, apóstol 1 Jn 1, 1-4; Sal 96; Jn 20, 2-8

domingo, 14 de diciembre de 2008

Domingo III de Adviento - Ciclo B


Oración al encender la tercera vela de la corona 

En las tinieblas se encendió una luz,
en el desierto clamó una voz.
Se anuncia la buena noticia: el Señor va a llegar.
Preparen sus caminos, porque ya se acerca.
Adornen su alma
como una novia se engalana el día de su boda.
Ya llega el mensajero.
Juan Bautista no es la luz,
sino el que nos anuncia la luz
Cuando encendemos estas tres velas
cada uno de nosotros quiere ser
antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes.
¡Ven, Señor, a salvarnos,
envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!

Desbordo de gozo con el Señor

Lectura del libro de Isaías. 61, 1-2a. 1 0-11

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, ya los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido con traje de salvación y me ha envuelto con manto de justicia, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como la tierra echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y la alabanza ante todos los pueblos. Palabra de Dios. 

Salmo: Lc 1,46-48.49-50.53-54

R. Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador.

- Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones./R.
- Porque el Poderoso ha hecho obras gran des por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. /R.
- A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia. /R.

Que su espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 5,16-24 

Hermanos: Estén siempre alegres. Oren constantemente. Den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No apaguen el fuego del Espíritu; no desprecien el don de profecía; sino examínenlo todo. Y quédense con lo bueno. Guárdense de toda clase de maldad. Que el mismo Dios de la paz los santifique totalmente, los conserve íntegros en espíritu, alma y cuerpo, y sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El, que los ha llamado, es fiel y cumplirá sus promesas. 
Palabra de Dios.

En medio de ustedes hay uno que no conocen 

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 1 ,6-8.19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: “¿Tú quien eres?” El confesó sin reservas: “Yo no soy el Mesías”. Le preguntaron: “¿Entonces, qué? ¿Eres tu Elías?” El dijo: “No lo soy”. “¿Eres tú el Profeta?” Respondió: “No”. Y le dijeron: “¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?» El contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanen el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías». Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?» Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; pero en medio de ustedes hay uno que no conocen, que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de su sandalia». Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Palabra del Señor. 

La alegría cristiana

El mensaje de hoy se centra en la alegría cristiana y su fundamento. Como dijo el famoso escritor Chesterton, "la alegría es el gigantesco secreto del cristiano". La alegría cristiana no es la satisfacción momentánea que sentimos cuando "las cosas van bien". Ella tiene un fundamento sobrenatural: La presencia y la acción de Dios en nuestro corazón.
Por eso, para sostener nuestra alegría, cobra especial importancia la indicación del Bautista: "en medio de ustedes hay alguien a quien no conocen". En efecto, si no conocemos a Jesús y no lo "reconocemos" en medio de las personas y acontecimientos de nuestra vida, se nos escaparán el gozo y la alegría cristiana.
A Cristo se lo conoce leyendo y releyendo el evangelio, y confrontando nuestra vida con la suya. El Adviento es ocasión propicia para examinarnos en este aspecto básico de nuestra Fe: ¿Conocemos a Jesús? Nadie ama lo que no conoce.
Es importante señalar otra importante consecuencia: La experiencia de Jesús y la consecuente experiencia de la alegría cristiana se traduce en obras de apostolado y caridad. El que "conoce" a Jesús, el que está enamorado de Jesús, quiere que otros lo conozcan y vivan la alegría de la fe, de la nueva vida que trae Jesús. La alegría de estar junto a Jesús, el Señor, de pertenecer al Padre todo providente, de ser templo del Espíritu Santo, enciende el corazón, produce ese entusiasmo evangelizador y caritativo que torna nuestra vida rica de significado y de obras.
Conocer a Jesucristo y darlo a conocer por nuestro alegre testimonio de fe y caridad es un programa para toda la vida.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Domingo I de Adviento - B


¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!

Lectura del libro de Isaías 63,16b-17.19b;64;2b-7

Tú, Señor, eres nuestro padre, desde siempre te invocamos como «Nuestro redentor”. Señor, ¿por qué permites que nos desviemos de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te respetemos? Cambia de actitud, por amor a tus siervos y a las tribus que te pertenecen. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste, y los montes se derritieron con tu presencia. Jamás oído oyó, ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en él. Sales al encuentro del que practica gozosamente la justicia y se acuerda de tus caminos. Estabas enojado, porque habíamos pecado: aparta nuestras culpas, y seremos salvos. Todos éramos impuros, nuestra justicia era como paño inmundo. Todos nos marchitábamos como si fuéramos hojas: nuestras culpas nos arrastraban como el viento. Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas al poder de nuestra culpa. Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano. Palabra de Dios. 

Salmo responsorial (79)

R. Señor, Dios nuestro restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

- Pastor de Israel, escucha, tu que te sientas sobre querubines, resplandece. Despierta tu poder y yen a salvamos. /R.
- Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate; ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa. /R.
- Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tu fortaleciste. No nos alejaremos de ti; danos vida, para que invoquemos tu nombre. /R.

Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,3-9

Hermanos: A ustedes gracia y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. En mi acción de gracias a Dios los tengo siempre presentes, por la gracia que Dios les ha dado en Cristo Jesús. Pues por medio de él han sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber. El testimonio sobre Cristo se ha confirmado en ustedes, hasta el punto de que no les falta ningún don a los que aguardan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. El los mantendrá firmes hasta, el final, para que no tengan de que acusarlos en el día de la venida de nuestro Señor Jesucristo. Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. Palabra de Dios. 

Aclamación antes del Evangelio Sal 84,8

Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. R. Aleluya.

Velen, pues no saben cuando vendrá el dueño de la casa

Lectura del santo evangelio según san Marcos 13,33-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Estén despiertos y vigilantes: pues no saben ustedes cuándo llegará el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que vigilara. Estén atentos, pues no saben cuando vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al canto del gallo, o al amanecer, no sea que venga inesperadamente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes se lo digo a todos: ¡estén vigilantes!» 
Palabra del Señor.

Comentario

1. Una oración escuchada

1.1 ¡Qué grato es volver los ojos al pasado, a nuestro pasado en Israel, porque todos hemos nacido a la fe gracias a Israel, y reconocer nuestra voz en ese gemido del profeta: "ojalá rasgaras el cielo y bajaras" (Is 64,1)! Así suplica el corazón oprimido por la tristeza; así ruega el alma agotada en su esfuerzo; así se queja el hombre que ha palpado su límite y sabe que nada le queda, sino el horizonte de Dios.

1.2 Aparentemente se trata de un mensaje de desesperación, pero es todo lo contrario. Cuando el hombre sólo cuenta con sus recursos y estos se le terminan llega la desesperación; pero si ese hombre cree en Dios, hace de su angustia un camino que le lleva más allá de sí mismo. Pues tal es la condición del ser humano: desesperarse en la cárcel de sí mismo, o trascender arrojándose en las manos de su Creador. El profeta nos enseña a escoger.

1.3 Y lo más hermoso de esa oración es que sabemos que fue y que será escuchada. Fue escuchada ya, podemos decir si miramos el misterio del Verbo Encarnado, pues él rasgó los cielos y bajó. Pero además será escuchada una vez más, la última y gloriosa, la definitiva, cuando el Cristo glorioso rompa los cielos, cuando los recoja como una tienda (cf. Is 40,22) y brille su majestad infinita el día último. Esta súplica, pues, abre el adviento de modo único, porque recuerda la primera venida y ya anuncia la segunda.

2. Somos hechura de tus manos

2.1 Todo el adviento, que hoy empieza, va sellado con un tono de bendita esperanza. La esperanza no es simple ilusión; la esperanza no es simple proyecto. La esperanza nace en el borde mismo en donde nace también la desesperanza, esto es, allí donde sabemos cruda y profundamente qué somos y qué quisiéramos ser. Desde la conciencia viva de lo que somos aprendemos la distancia hasta lo que queremos ser. Las dos cosas se perciben en la meditación de Isaías: "nosotros pecábamos y te éramos siempre rebeldes" (Is 64,5): esto es lo que hemos sido; "sin embargo, Señor, tú eres nuestro Padre" (Is 64,8): este es el principio de lo que podemos ser.

2.2 De aquí aprendemos varias cosas. Primera: nuestro pecado no destruye nuestro vínculo con Dios. Pecadores como somos, seguimos estando en sus manos, y él sigue siendo nuestro alfarero. El pecado no anula la soberanía de Dios. Segunda: el que nos hizo es quien sabe rehacernos. No haya para el hombre otra alternativa, porque no hay otro Creador. Tercera: si en las consecuencias del pecado aparece la justicia, en la victoria sobre el pecado brillan la gracia y la misericordia. Por ello no hay modo de escapar de Dios. Como Él mismo dijo a santa Catalina de Siena: "en mis manos están para justicia o misericordia".

3. Permanecer despiertos

3.1 Isaías pide la llegada de Dios; Jesucristo nos advierte sobre lo incierto de su visita. Todo sucede como diciendo que mientras unos sufren porque se retrasa otros viven como si nunca fuera a venir el Señor. Así vive el mundo, y las dos cosas las hemos visto una y otra vez.

3.2 La visita de Dios se parece a la de un ladrón porque arrebata lo que creíamos poseer. Y la razón es que no somos poseedores sino administradores, como Jesús enseñó en más de un lugar. Para quien se cree dueño, Dios sólo puede ser un ladrón y su llegada es como un robo. Para quien se siente administrador, en cambio, la llegada de Dios es el término de sus fatigas; es el momento de cesar en su labor y pasar al banquete. Como sucede en la Eucaristía.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Dedicación de la Basílica de Letrán - 9 de Noviembre


Monición de entrada
Hoy, día 9 de noviembre, celebramos una fiesta peculiar: la dedicación de la basílica de san Juan de Letrán, que es la catedral de Roma y recibe el nombre de «cabeza de todas las iglesias de la ciudad y del mundo» y también «madre de todas las iglesias». Esta le viene del hecho de ser el primer gran templo cristiano construido en Roma después de las persecuciones, en el siglo IV.
Esta fiesta de hoy nos invita a sentirnos más intensamente piedras vivas de la única Iglesia de Cristo, reafirmando nuestra comunión eclesial. Y también nos impulsa a fortalecer nuestra dignidad como templos vivos del Espíritu Santo.

Celebrante: La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes.

Acto penitencial
Nosotros, los fieles que formamos la Iglesia aquí en la tierra, somos mujeres y hombres pecadores, necesitados de la conversión del corazón y de la misericordia de Dios, implorémoslas en estos momentos de silencio.
- Tú, que eres el santuario de Dios entre los hombres: SEÑOR, TEN PIEDAD.
- Tú, que eres el fundamento de nuestra fe: CRISTO, TEN PIEDAD.
- Tú, que nos llamas a ser una comunidad de piedras vivas: SEÑOR, TEN PIEDAD.

Lecturas
1.- El profeta Ezequiel profetiza la reconstrucción del Templo de Jerusalén, del que manará un agua capaz de regenerarlo todo. Es como una imagen de la vida nueva que nos ofrece la Iglesia de Jesucristo.
2.- San Pablo nos recuerda que aquellos que han sido edificados sobre Jesucristo, se convierten en templos vivos de Dios en el mundo.

Lectura del libro de Ezequiel. 47,1-2.8-9.12
En aquellos días, el hombre me hizo volver a la entrada de la casa, y vi que salía agua por debajo del umbral de la casa, en dirección al oriente, porque la fachada de la casa miraba hacia el oriente. El agua descendía por debajo del costado derecho de la casa, al sur del altar. Luego me sacó por el camino de la puerta septentrional y me hizo dar la vuelta por un camino exterior, hasta la puerta exterior que miraba hacía el oriente. Allí vi que el agua fluía por el costado derecho. Entonces me dijo:"Estas aguas fluyen hacia el sector oriental, bajan hasta la estepa y van a desembocar en el mar. Se las hace salir hasta el mar, para que sus aguas sean saneadas. Hasta donde llegue el torrente, tendrán vida todos los seres vivientes que se mueven por el suelo y habrá peces en abundancia. Porque cuando esta agua llegue hasta el mar, sus aguas quedarán saneadas y abrá vida en todas partes adonde llegue el torrente. Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán arboles frutales de todas las especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de remedio". Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Salmo (45)
R. Los canales del río alegran la ciudad de Dios.
- El Señor es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda siempre pronta en los peligros. Por eso no tememos, aunque la tierra se conmueva y las montañas se desplomen hasta el fondo del mar. /R.
- Los canales del río alegran la ciudad de Dios, la más santa morada del Altísimo. El Señor está en medio de ella, nunca vacilará; él la socorrerá al despuntar la aurora. /R.
- El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro baluarte es el Dios de Jacob. Vengan a contemplar las obras del Señor, el hace cosas admirables en la tierra. /R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3,9-11.16-1 7
Hermanos:
Ustedes son el campo de Dios, el edificio de Dios. Según la gracia que Dios me ha dado, yo puse los cimientos como lo hace un buen arquitecto, y otro edifica encima. Que cada cual se fije bien de qué manera construye. El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es Jesucristo. ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio l Cró 7, 16
Aleluya, aleluya. Dice el Señor: «Yo he elegido y consagrado esta casa, a fin de que mi nombre resida en ella para siempre». R. Aleluya.

Lectura del santo evangelio según san Juan 2,13-22
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del templo; junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio». Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: «El celo por tu casa me consumirá». Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?» Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar». Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» Pero el se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que el había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

USTEDES SON EL TEMPLO VIVO Y VERDADERO DE DIOS
La Basílica de Letrán fue erigida por el emperador Constantino hacia el año 324. Fue el primer templo cristiano. Por eso, se la considera "madre y cabeza de todos los templos cristianos del mundo". Se la llama "de Letrán" por el lugar en que fue erigida dentro de Roma. Su nombre completo es Basílica de san Juan de Letrán, porque el baptisterio está dedicado a los santos Juan Bautista y Juan Evangelista. Fue la sede oficial del obispo de Roma -es decir, del Papa- desde el siglo IV hasta el siglo XIV. Todavía hoy sigue siendo la catedral de Roma, sede del obispo en quien el Papa delega la atención pastoral de la ciudad de Roma. Esta fiesta comenzó a celebrarse en el siglo XII.
¿Qué sentido tiene para nosotros esta fiesta? San Cesareo de Arlés (siglo VI) decía: "Hoy, hermanos muy queridos, celebramos con gozo y alegría ... la dedicación de este templo; pero nosotros debemos ser el templo vivo y verdadero de Dios".
Todas las religiones han tenido y tienen un lugar destinado al culto: llámense iglesia, templo, sinagoga, mezquita ... Este lugar concreto del culto comunitario a Dios -ya sea una espléndida basílica o una simple capilla- es "signo" de la presencia de Dios entre sus hijos. Venimos al templo para encontrarnos con Dios en el recogimiento y la oración, y también a encontrarnos con los hermanos con quienes celebramos comunitariamente el culto a Dios.
El "'lugar" del culto es importante, pero no es lo único. La primacía la tiene el espíritu, la fe, el corazón. El culto que profesamos a Dios, aquí en el templo, hay que trasladarlo a la vida. El culto verdadero -en espíritu y verdad- tiene dos direcciones: Una vertical que va de Dios al hombre y del hombre a Dios, y otra horizontal, que va del creyente y de la comunidad a los demás hombres, a la vida, en solidaridad fraterna con los demás, especialmente con nuestros hermanos más débiles y necesitados. Al salir del templo, cada domingo, o cada día, es cuando palpamos la verdad o mentira de nuestro culto y religión, el amor a Dios; cuyo Espíritu habita en todo hombre.

Oración universal:
Reunidos en esta casa de oración, presentemos a Dios nuestras peticiones, diciendo:
ESCUCHA SEÑOR NUESTRA ORACIÓN.
1. Por la Iglesia de Roma. Que sea ejemplo de fe y de amor para todas las Iglesias. Roguemos al Señor. R.
2. Por el papa Benedicto, obispo de Roma. Que Dios le de acierto y alegría en su misión. Roguemos al Señor. R.
3. Por nuestro obispo Miguel. Que con su ministerio nos ayude a todos a crecer en la fe y la esperanza. Roguemos al Señor. R.
4. Por los que no conocen a Jesucristo. Que puedan descubrir un día la luz de la fe. Roguemos al Señor. R.
5. Por los enfermos y los que sufren: para que la participación en la pasión de Jesucristo les abra las puertas del Reino de Dios. Roguemos al Señor. R.
6. Por todos nosotros: para que fieles al Espíritu recibido en el Bautismo y alimentados con la Eucaristía, vivamos como Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo. Roguemos al Señor. R.
Celebrante: Escucha, Señor, las peticiones que te hemos dirigido en esta casa de oración, y concédenos con abundancia lo que te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lecturas de la semana
Lunes 10 San León Magno, papa y doctor de la Iglesia, memoria obligatoria. Tt 1, 1-9; Sal 23; Lc 17, 1-6 Martes 11 San Martín de Tours, Obispo, memoria obligatoria. Tt 2, 1-8. 11-14; Sal 36; Lucas 17, 7-10 Miércoles 12 San Josafat, Obispo y mártir, memoria obligatoria.Tt 3, 1-7; Sal 22; Lc 17, 11-19 Jueves 13 San Diego de Alcalá, memoria libre. Filemón 7-20; Sal 145; Lc 17, 20-25 Viernes 14 2Juan 4-9; Sal 118; Lc 17, 26-37 Sábado 15 3Juan 5-8; Sal 111; Lc 18, 1-8

sábado, 1 de noviembre de 2008

Conmemoración de los fieles difuntos - 2 de noviembre


Yo sé que mi Redentor vive 

Lectura del libro de Job 19,1.23-27

En aquellos días Job tomó la palabra y dijo: "¡Ah, si se escribieran mis palabras y se las grabara en el bronce; si con un punzón de hierro y plomo fueran esculpidas en la roca para siempre! Porque yo sé que mi Redentor vive y que él, el último, se alzará sobre el polvo. Y después que me arranquen esta piel, yo, con mi propia carne veré a Dios. Sí, yo mismo lo veré, lo contemplarán mis ojos, no los de un extraño. Esta es la firme esperanza que tengo”. Palabra de Dios. 

Salmo responsorial (24)

R. A ti, Señor, levanto mi alma.

- Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Señor, acuérdate de mí con ese mismo amor y esa ternura. R.
- Alivia mi angustiado corazón y haz que lleguen mis penas a su fin. Contempla mi miseria y mis trabajos y perdóname todas mis ofensas. R.
- Protégeme, Señor, mi vida salva, que jamás quede yo decepcionado de haberte entregado mi confianza; la rectitud e inocencia me defiendan, pues en ti tengo puesta mi esperanza. R.

El tiene el poder de poner todas las cosas bajo su dominio

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3,20-21
Hermanos: 
Nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo. El transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las cosas bajo su dominio. Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio Jn 6,40

Aleluya, aleluya. El que cree en mí tiene la vida eterna, dice el Señor, y yo lo resucitaré en el último día. R. Aleluya.

Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios.

+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 15,33-39;16,1-6

Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: «Eloi, Eloi, lamá sabactani», que significa: «Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?». Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: «Está llamando a Elías». Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber, diciendo: «Vamos a ver si Elías viene a bajarlo». Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró. El velo del Templo se rasgo en dos, de arriba abajo. Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él exclamó: “¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!”. Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ungir el cuerpo de Jesús. A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro. Y decían entre ellas: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?». Pero al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande. Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas, pero el les dijo: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no esta aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto».
Palabra del Señor. 

Volver a la casa del Padre.

Hoy celebramos nuestra fe en la vida eterna en recuerdo de nuestros seres queridos difuntos y como preparación a nuestro propio regreso a la Casa del Padre. Todos hemos de morir. La vida del cristiano es un confiado caminar hacia la Casa del Padre, y la muerte es la puerta. Junto a ella, está esperando Dios Padre para introducirnos en la eterna fiesta de su inmenso corazón.
La fe nos ayudará a superar el instintivo temor a la muerte. Un famoso autor lo ilustra de esta forma: «Supongamos a un feto acurrucado bajo el amante corazón de su madre. Imaginen que alguien le hablara y le dijera: "No puedes quedarte aquí mucho tiempo. Dentro de pocos meses, tendrás una vida nueva. En niño puede objetar tercamente: "No quiero dejar este sitio, aquí estoy bien, me aman y soy feliz. No quiero saber nada de esa nueva vida. ¡Fuera de aquí!. Pero la criatura nace. Muere respecto de su vida fetal. Pero se encuentra que lo rodean brazos fuertes y amorosos. Alza la vista y ve un bello rostro lleno de ternura: el de su madre. Siente que es bien recibido, cuidado y querido. Entonces se dice: "¡Que tonto he sido! ¡Este lugar, al que vine a parar es maravilloso!.
Cuando al finalizar nuestra misión en la vida, debemos partir, nos ocurre algo parecido. "¡No quiero morir!", gritamos, "Tengo mis seres queridos. Amo este mundo, el alba y el atardecer, la luna y las estrellas. Me gusta sentir la vida a mi alrededor. ¡No quiero morir". Pero, al llegarle su hora, muere. ¿Qué sucederá entonces? ¿Acaso Dios, el Padre de Jesús, se va a olvidar de su criatura? ¿No debemos suponer, mas bien, que ese hombre sentirá que lo reciben brazos cariñosos? ¿Sus ojos no encontrarán una faz fuerte y hermosa, más dulce aun que aquel primer rostro materno que vio hace tanto tiempo? Sí, no tengamos dudas: ni siquiera se puede pensar aquello que Dios preparó para los que lo aman.
Nuestra patria definitiva es el cielo. Los que partieron ya están en la Casa del Padre. Los que peregrinamos aún en este mundo nos apoyamos en Jesús, Camino, Verdad y Vida. Junto a él, celebramos con ánimo pascual la esperanza cristiana.

sábado, 25 de octubre de 2008

Domingo XXX del Tiempo Ordinario - A-


Si explotan a viudas y huérfanos, se encenderá mi ira contra ustedes 

Lectura del libro del Éxodo 22,20-26
Así dice el Señor: «No oprimirás ni maltratarás al forastero, porque extranjeros fueron ustedes en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque, si los explotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y los haré morir a espada, tus mujeres quedarán viudas y tus hijos huérfanos. Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero, cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo. Si no ¿con que va a dormir? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo». 
Palabra de Dios. 

Salmo responsorial (17)

R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

- Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi defensa, mi libertador. R.
- Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R.
- Viva el Señor, bendito sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador. Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido. R.

Abandonaron los ídolos para servir al Dios y vivir aguardando la vuelta de su Hijo 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 5c-10

Hermanos:
Bien saben como hemos actuado entre ustedes buscando su propio bien. Y ustedes por su parte siguieron nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio de tantas tribulaciones con la alegría del Espíritu Santo. Así ustedes llegaron a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Y no sólo en Macedonia y Acaya ustedes han difundido la Palabra del Señor, sino que en todas partes se ha extendido la fama de su fe, de suerte que nada tenemos que añadir por nuestra parte, ya que ellos mismos cuentan los detalles del recibimiento que nos dieron: y de como ustedes, abandonando los ídolos, se volvieron a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro. Palabra de Dios. 

Aclamación antes del Evangelio Jn 14,23

Aleluya, aleluya. El que me ama guardará mi palabra -dice el Señor-, y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R. Aleluya.

Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 22,34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?». El le dijo: «"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amaras a tu prójimo como a ti mismo". Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas». 
Palabra del Señor. 

 Comentario 

1. Ten compasión del pequeño y del pobre

1.1 Ya sabemos que la Biblia predica la compasión y la misericordia. Lo interesante de la primera lectura de hoy es la manera como se argumenta el mandato de ser compasivos. La idea es: reconócete en el pequeño, mírate en el pobre, descubre que tú fuiste (o, en el fondo, eres) como ese necesitado.
1.2 Uno tiende a pensar que la ayuda debe brotar de la diferencia: "yo tengo mucho y aquel pobre tiene poco." Esa es una parte pero quizá no es la parte más importante. Sólo cuando llegamos a percibir el vínculo profundo que nos une obtenemos ojos capaces de horrorizarse por lo que nos separa.
1.3 Si veo a un mendigo puede sentir desde amor hasta asco. Si de pronto llego a saber que ese mendigo es mi padre, que padece una enfermedad senil, la misericordia brota como un río de amor y generosidad hacia él: cuánto más cerca lo descubro, más me espanta que la pobreza o el hambre nos estén separando hoy. Aplica tú lo mismo a la Humanidad.

2. Directo a la esencia

2.1 Una pregunta directa provocó una respuesta directa: Uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?" Jesús le respondió: "El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos".
2.2 Es bueno recordar ese lenguaje escueto porque en un mundo plagado de fachadas y máscaras es fácil acostumbrarse a disculparlo todo o justificarlo todo o venderlo todo. El orden empieza siempre con un pensamiento claro en la mente; una idea llena de luz atrae a otras. Y hoy Jesús nos da esa clave fundamental, ese primer principio que iluminó su alma santa y que quiere iluminar también nuestras vidas.

2.3 La palabra fundamental en la respuesta de Jesucristo no la podemos perder: AMA. El resto de su respuesta es esencial también, porque todo depende de a quién ames y con qué amor. Tal fue el regalo que nos dio con su vida y su muerte. Bien podemos resumir la existencia de Cristo diciendo que fue una gran cátedra de amor en la que aprendimos que hemos de amar para vivir y hemos de aprender a amar para vencer a la muerte y alcanzar la vida que no muere.

sábado, 11 de octubre de 2008

Domingo XXVIII del Teimpo Ordinario - A-


El Señor preparará un festín, y enjugará las lágrimas de todos los rostros

Lectura del libro de Isaías 25,6-10a

Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de buenos vinos; sabrosos alimentos, vinos deliciosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios secará las lágrimas de todos los rostros, y borrará de la tierra la deshonra de su pueblo. -Lo ha dicho el Señor-. Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvará; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte». Palabra de Dios. 

Salmo responsorial Sal 22

R.- El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R.-
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R.-
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R.-
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R.-

Todo lo puedo en aquel que me conforta

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 12-14. 19-20
Hermanos:
Sé lo que es vivir en la pobreza y también lo que es vivir en la abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: a estar satisfecho y a pasar hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. Sin embargo, ustedes hicieron bien en compartiendo mis sufrimientos. Mi Dios, por su parte, con su infinita riqueza atenderá con generosidad todas sus necesidades por medio de Cristo Jesús. A Dios, nuestro Padre, sea la gloria por siempre. Amén. Palabra de Dios.

Aleluya                   Cf Ef 1,17-18

El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón, para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama.

A todos los que encuentren, invítenlos a la boda

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
“El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Vengan a la boda". Los invitados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; otros agarraron a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los invitados no se la merecían. Vayan ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encuentren, invítenlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de invitados. Cuando el rey entró a saludar a los invitados, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos. Palabra de Señor. 

Aceptar la invitación de Dios

1. El Banquete

1.1 Para la mayoría de nosotros comer es mucho más que saciar una necesidad. Es un acto social, un tiempo de descanso, la ocasión de disfrutar algo placentero, entre otras cosas. Esto es aún más cierto en el modo típico y fastuoso de los proverbiales banquetes de Oriente, con su música, bebidas y danzas. Y tal es la imagen dominante de las lecturas de este domingo.

1.2 Si ahondamos en este símbolo descubrimos que el banquete es la transición entre el deber y la fiesta, entre la tarea y el descanso, entre lo que hay que hacer y lo que a uno le gusta hacer, entre el trabajo y al celebración. Sobre todo esa palabra es importante, porque la olvidamos fácilmente: para saber creer hay que saber celebrar.

2. Un banquete lleno de luz

2.1 Una expresión nos llama la atención en la primera lectura: el día del banquete es el día de las revelaciones; es el día en que se arranca "el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones."

2.2 Nosotros no asociaríamos espontáneamente comer y recibir una luz o revelación especial. La cosa suena más razonable en el contexto de los banquetes de los reyes. Mucha gente nunca podía ver al rey, o sólo lo veía de muy lejos. Un banquete era la ocasión única de ver el rostro del rey, que quedaba grabado en la memoria como un tesoro, pues la época no tenía ni muchos retratos fiables ni cámaras de fotografía.

2.3 Dios se revela en su banquete. Es el rey que hemos estado esperando, el que siempre hemos querido contemplar. Verlo a él, saciarnos en su belleza, saber que es verdad todo lo que nos prometió: todo ello es más valioso y delicioso que los mismos alimentos y bebidas. Y sin embargo, el banquete es todo eso a la vez.

3. No todos querían ir al banquete

3.1 El evangelio toma la misma idea con una variante: por razones que al principio se nos escapan los invitados no están interesados en ir a ese banquete, a pesar el banquete del rey. ¿Suena absurdo, no? Pero no es menos absurdo que nuestra negativa a acoger el amor de Dios que invita. Además, las excusas de los invitados indican que ellos estaban muy satisfechos con lo que tenían, y ese es el problema: la gente satisfecha ya no tiene apetito para comer. La conclusión es que el llamado al Reino, o sea, el llamado al Banquete, requiere que la gente tenga hambre, que sienta necesidad, que esté insatisfecha.


3.2 Luego está el detalle, probablemente agregado posteriormente, del que entró sin traje de fiesta. También esto suena absurdo, pero debe recordarse que la indumentaria era parte sobreentendida de la invitación, o como algunos comentaristas indican, era provista muchas veces por el mismo anfitrión. Aún otra interpretación es que el "vestido de bodas" era sencillamente "el mejor vestido," o sea, no la ropa de labor o ropa ordinaria. Cada una de estas interpretaciones conduce a enseñanzas alegóricas útiles, por ejemplo, que si Dios nos invita a él iremos no de cualquier manera, sino con lo mejor de nuestro corazón o lo más puro y brillante de nuestra fe.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Domingo XXVI del Tiempo Ordinario - A-


Cuando el malvado se convierte de la maldad,
salva su propia vida

Lectura de la profecía de Ezequiel 18, 25-28
Así dice el Señor:
“Ustedes comentan: “no es justo el proceder del Señor. Escucha, pueblo de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿No es más bien el proceder de ustedes el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá. Palabra de Dios. 


Salmo responsorial (Salmo 24)

R.- Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.


Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. R.-
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R.-
El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R.-

Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1-11

Hermanos:
Si quieren ustedes darme el consuelo de Cristo y aliviarme con su amor, si nos une el mismo Espíritu y tienen entrañas compasivas, denme esta gran alegría: manténganse unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obren por rivalidad ni por ostentación, déjense guiar por la humildad y consideren siempre a los demás superiores a ustedes mismos. No se encierren en sus intereses, sino busquen todos el interés de los demás. Tengan entre ustedes los sentimientos de Cristo Jesús.
Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: “Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”. Palabra de Dios. 

Aleluya
Jn 10, 27
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—,
        y yo las conozco, y ellas me siguen..   R/.

Se arrepintió y fue. Los publicanos y las prostitutas van por delante de ustedes en el reino de Dios

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 28-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
“¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña". Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?
Contestaron: “El primero”.
Entonces Jesús les dijo:
Les aseguro que los publicanos y las prostitutas entrarán antes que ustedes en el reino de Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñándoles el camino de la salvación, y no le creyeron; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y ustedes, a pesar de esto, no se arrepintieron ni creyeron en él. Palabra del Señor. 

Una decisión personal

El tema de hoy es nuestra responsabilidad personal ante nuestro destino eterno. Es el mensaje tanto de la primera lectura como de la parábola evangélica.
Nuestra felicidad eterna es un don gratuito de Dios. Nos llama a la vida y nos quiere hacer partícipes de su propia felicidad. Pero, somos libres. En consecuencia, la salvación es fruto también de nuestra colaboración y de nuestra libre elección. "Aquel que te ha creado sin que tú lo hayas pedido, no te salvará sin que tu lo desees", afirma san Agustín. Signo de esta libertad del hombre es su capacidad de convertirse del mal al bien, de volverse bueno en lugar de malo.
En el evangelio de hoy, el Padre Dios llama a sus hijos a colaborar con él. Se presenta como un padre que pide la libre colaboración de nosotros, sus hijos, en el cultivo de la "viña familiar". Esta viña de Dios son el mundo y la Iglesia. Dios nos encomienda la tarea de hacerlos más solidarios y fraternos.
La parábola de hoy condena un cristianismo "declamatorio", hinchado de lindas palabras, pero vacío de hechos convincentes. ¡Cuántos cristianos se hallan en estas condiciones! A las palabras deben seguir las acciones. A los principios, la conducta coherente, el ejemplo personal. Lo que decide nuestro destino eterno no es lo que decimos o sabemos, sino lo que hacemos. Bien sabemos todos que, al final de la vida, no nos juzgarán por la doctrina, sino por los hechos: el pan compartido con el hambriento, el abrigo ofrecido al desnudo, la compasión practicada con el enfermo, el encarcelado ...

sábado, 20 de septiembre de 2008

Domingo XXV del Tiempo Ordinario - A-


Mis planes no son sus planes

Lectura del libro de Isaías 55, 6-9

Busquen al Señor mientras se deja encontrar, invóquenlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni mis caminos no son los caminos de ustedes —oráculo del Señor—. Como el cielo está por encima de la tierra, mis caminos están por encima de los de ustedes, mis pensamientos, de sus pensamientos. 
Palabra de Dios. 


Salmo responsorial Sal. 144


R.- Cerca está el Señor de los que lo invocan.


Día tras día, te bendeciré, Dios mío 
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor y merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.-

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad.
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.-

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R.-

Para mí la vida es Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 1, 20c-24. 27a
Hermanos:
Cristo será glorificado abiertamente en mi cuerpo, tanto si vivo como si muero. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger. Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para ustedes. Lo importante es que ustedes lleven una vida digna del Evangelio de Cristo.
Palabra de Dios.

¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
“El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar trabajadores para su viña. Después de contratar a los trabajadores por un denario al día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña, y los pagaré lo debido”. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, sin trabajo, y les dijo: "¿Por qué están aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña."
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págalos el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No quedamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.
Palabra del Señor.

Homilía 

1. Invitaciones de Dios
1.1 Dios llama, Dios invita: ese es el mensaje de este domingo. Nuestro Dios no es uno que se queda cómodo en su casa feliz, ausente de la suerte de sus creaturas. Si Dios llama es porque ama. Nos llama porque le importamos.
1.2 El primer llamado que nos hizo Dios fue a la existencia. El capítulo primero del Génesis describe el acto creador como el fruto de una palabra poderosa que trae de la nada al ser. Dios me llamó cuando me creó.
1.3 Pero Dios me creó libre, esto es, capaz de aceptar su voz o incluso de rechazarla. Por eso, no sólo me habló para crearme, sino que me guía o quiere guiarme con su voz. A través de sus profetas Dios se deja oír, como lo hizo hoy por boca de Isaías: "¡que el malvado abandone su camino y el criminal sus planes!"
1.4 La voz de Dios se dirige a todo nuestro ser. Por consiguiente, no apunta solamente a lo que hemos sido, por ejemplo para denunciar nuestros pecados, sino que mira a lo que podemos llegar a ser. Por eso la palabra divina da fuerza y una razón para la esperanza: "que el malvado regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón..."

2. Una mirada más amplia
2.1 Como nuestra mirada es tan limitada en tantos aspectos, a menudo nos cuesta trabajo adivinar las razones de Dios.
2.2 Si nuestra mirada pudiera ampliarse, si no se limitara solo al pasado y el presente, podríamos, como hace Dios, ver las infinitas posibilidades de la gente que nos rodea. Veríamos que un perseguidor, como Pablo, puede llegar a ser un gran apóstol. Veríamos que un vividor como Francisco de Asís puede llegar a ser un santo maravilloso. Veríamos que un pescador de peces podía llegar a ser y llegó a ser "pescador de hombres."
2.3 Pero hay más que eso. Si nuestra mirada se amplía reconocemos que no sólo existe la belleza de no haberse equivocado sino también la belleza de ser perdonado. Es sobre todo esa belleza la que más nos cuesta descubrir, y sin embargo es indispensable descubrirla si queremos entender aunque sólo sea los rudimentos de la inmensidad del amor que Dios nos tiene, pues en nada brilla tanto el amor como en el perdón.

3. Los últimos y los primeros
3.1 Parece cosa comprobada que Jesús utilizó algunos de los recursos "pedagógicos" que eran de uso frecuente entre los maestros rabinos. Expresiones como "los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos" tienen una fuerza mnemotécnica muy grande. Resultan fáciles de recordar por su estilo paradójico y por la multitud de situaciones a los que pueden aplicarse. Jesús utilizó varias de esas expresiones paradójicas. Otra, por ejemplo, es: "el que se humilla será ensalzado y el que se ensalza será humillado". Y otra semejante: "nada hay oculto que no llegue a saberse". Este modo de hablar hacía que las enseñanzas del Señor quedaran grabadas pronta y profundamente en el corazón de sus oyentes, incluso si no podían escuchar completos largos discursos.
3.2 El evangelio de hoy pone en escena un pequeño drama que ilustra por qué hay primeros que resultan últimos y últimos que quedan de primeros.
3.3 Los "primeros" en este caso son los que fueron contratados en primer lugar; consiguientemente, los "últimos" corresponden a los que llegaron al caer de la tarde. Para todos el poder trabajar fue en sí mismo un regalo, porque todos estaban perdiendo la vida sin dirección ni sentido, pero ese regalo dejó de serlo en la mente de aquellos que lo recibieron primero. Para ellos el regalo se volvió tedio, y la oportunidad, una tarea. Llegar de primeros no aumento su gratitud sino su capacidad de crítica y su sensibilidad al propio dolor o incomodidad. Por eso acabaron de últimos.

3.4 A nosotros puede sucedernos lo mismo. En ocasiones sucede que quien ha tenido menos ocasiones de pecar no por ello cuenta en su balance más ocasiones para agradecer. Y pasa también que quien llevó una vida lejana al Señor cuando le descubre avanza más y mejor que los que siempre estuvieron cercanos a él.

Lectura semanal
Lunes 22:Prov 3, 27-34; Sal 14; Lc 8, 16-18
Martes 23:San Pío de Pietrelcina, presbítero. MO. Prov 21, 1-6. 10-13; Sal 118; Lc 8, 19-21
Miércoles 24:La Virgen de la Merced. M. Prov 30, 5-9; Sal 118; Lc 9, 1-6
Jueves 25:Eclo 1, 2-11; Sal 89; Lc 9, 7-9
Viernes 26:Eclo 3, 1-11; Sal 143; Lucas 9, 18-22
Sábado 27: San Vicente de Paúl, presbítero. MO. Eclo 11, 9-12, 8; Sal 89; Lc 9, 43b-45

  CELEBRAMOS LA NAVIDAD EN NUESTRA INSTITUCIÓN EDUCATIVA   I.                      DATOS INFORMATIVOS:   1.1. INSTITUCION EDUCATI...