sábado, 20 de septiembre de 2008

Domingo XXV del Tiempo Ordinario - A-


Mis planes no son sus planes

Lectura del libro de Isaías 55, 6-9

Busquen al Señor mientras se deja encontrar, invóquenlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni mis caminos no son los caminos de ustedes —oráculo del Señor—. Como el cielo está por encima de la tierra, mis caminos están por encima de los de ustedes, mis pensamientos, de sus pensamientos. 
Palabra de Dios. 


Salmo responsorial Sal. 144


R.- Cerca está el Señor de los que lo invocan.


Día tras día, te bendeciré, Dios mío 
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor y merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.-

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad.
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.-

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R.-

Para mí la vida es Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 1, 20c-24. 27a
Hermanos:
Cristo será glorificado abiertamente en mi cuerpo, tanto si vivo como si muero. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger. Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para ustedes. Lo importante es que ustedes lleven una vida digna del Evangelio de Cristo.
Palabra de Dios.

¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
“El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar trabajadores para su viña. Después de contratar a los trabajadores por un denario al día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña, y los pagaré lo debido”. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, sin trabajo, y les dijo: "¿Por qué están aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña."
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págalos el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No quedamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.
Palabra del Señor.

Homilía 

1. Invitaciones de Dios
1.1 Dios llama, Dios invita: ese es el mensaje de este domingo. Nuestro Dios no es uno que se queda cómodo en su casa feliz, ausente de la suerte de sus creaturas. Si Dios llama es porque ama. Nos llama porque le importamos.
1.2 El primer llamado que nos hizo Dios fue a la existencia. El capítulo primero del Génesis describe el acto creador como el fruto de una palabra poderosa que trae de la nada al ser. Dios me llamó cuando me creó.
1.3 Pero Dios me creó libre, esto es, capaz de aceptar su voz o incluso de rechazarla. Por eso, no sólo me habló para crearme, sino que me guía o quiere guiarme con su voz. A través de sus profetas Dios se deja oír, como lo hizo hoy por boca de Isaías: "¡que el malvado abandone su camino y el criminal sus planes!"
1.4 La voz de Dios se dirige a todo nuestro ser. Por consiguiente, no apunta solamente a lo que hemos sido, por ejemplo para denunciar nuestros pecados, sino que mira a lo que podemos llegar a ser. Por eso la palabra divina da fuerza y una razón para la esperanza: "que el malvado regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón..."

2. Una mirada más amplia
2.1 Como nuestra mirada es tan limitada en tantos aspectos, a menudo nos cuesta trabajo adivinar las razones de Dios.
2.2 Si nuestra mirada pudiera ampliarse, si no se limitara solo al pasado y el presente, podríamos, como hace Dios, ver las infinitas posibilidades de la gente que nos rodea. Veríamos que un perseguidor, como Pablo, puede llegar a ser un gran apóstol. Veríamos que un vividor como Francisco de Asís puede llegar a ser un santo maravilloso. Veríamos que un pescador de peces podía llegar a ser y llegó a ser "pescador de hombres."
2.3 Pero hay más que eso. Si nuestra mirada se amplía reconocemos que no sólo existe la belleza de no haberse equivocado sino también la belleza de ser perdonado. Es sobre todo esa belleza la que más nos cuesta descubrir, y sin embargo es indispensable descubrirla si queremos entender aunque sólo sea los rudimentos de la inmensidad del amor que Dios nos tiene, pues en nada brilla tanto el amor como en el perdón.

3. Los últimos y los primeros
3.1 Parece cosa comprobada que Jesús utilizó algunos de los recursos "pedagógicos" que eran de uso frecuente entre los maestros rabinos. Expresiones como "los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos" tienen una fuerza mnemotécnica muy grande. Resultan fáciles de recordar por su estilo paradójico y por la multitud de situaciones a los que pueden aplicarse. Jesús utilizó varias de esas expresiones paradójicas. Otra, por ejemplo, es: "el que se humilla será ensalzado y el que se ensalza será humillado". Y otra semejante: "nada hay oculto que no llegue a saberse". Este modo de hablar hacía que las enseñanzas del Señor quedaran grabadas pronta y profundamente en el corazón de sus oyentes, incluso si no podían escuchar completos largos discursos.
3.2 El evangelio de hoy pone en escena un pequeño drama que ilustra por qué hay primeros que resultan últimos y últimos que quedan de primeros.
3.3 Los "primeros" en este caso son los que fueron contratados en primer lugar; consiguientemente, los "últimos" corresponden a los que llegaron al caer de la tarde. Para todos el poder trabajar fue en sí mismo un regalo, porque todos estaban perdiendo la vida sin dirección ni sentido, pero ese regalo dejó de serlo en la mente de aquellos que lo recibieron primero. Para ellos el regalo se volvió tedio, y la oportunidad, una tarea. Llegar de primeros no aumento su gratitud sino su capacidad de crítica y su sensibilidad al propio dolor o incomodidad. Por eso acabaron de últimos.

3.4 A nosotros puede sucedernos lo mismo. En ocasiones sucede que quien ha tenido menos ocasiones de pecar no por ello cuenta en su balance más ocasiones para agradecer. Y pasa también que quien llevó una vida lejana al Señor cuando le descubre avanza más y mejor que los que siempre estuvieron cercanos a él.

Lectura semanal
Lunes 22:Prov 3, 27-34; Sal 14; Lc 8, 16-18
Martes 23:San Pío de Pietrelcina, presbítero. MO. Prov 21, 1-6. 10-13; Sal 118; Lc 8, 19-21
Miércoles 24:La Virgen de la Merced. M. Prov 30, 5-9; Sal 118; Lc 9, 1-6
Jueves 25:Eclo 1, 2-11; Sal 89; Lc 9, 7-9
Viernes 26:Eclo 3, 1-11; Sal 143; Lucas 9, 18-22
Sábado 27: San Vicente de Paúl, presbítero. MO. Eclo 11, 9-12, 8; Sal 89; Lc 9, 43b-45

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