jueves, 19 de febrero de 2009

Domingo VII del Tiempo Ordinario



Monición de entrada


Sean bienvenidos, hermanos y hermanas, a celebrar la Eucaristía del domingo. Cada vez que venimos a la iglesia, nos acercamos al Señor con confianza. El evangelio nos explica como tantas personas se dirigieron con fe a Jesús para que las curase. También nosotros esperamos que él nos cure de nuestras heridas y nuestras debilidades. Y Jesús no sólo curaba las enfermedades físicas, sino sobre todo las del alma.
Nos ponemos en pie y recibimos la celebrante cantando….
Celebrante: La paz, la caridad y la fe, de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes.
Acto penitencial: Comencemos también nosotros la celebración pidiendo al Señor que no nos tenga en cuenta las culpas y que perdone nuestros pecados (Silencio).
- Tú, que no has venido a condenar sino a perdonar. SEÑOR, TEN PIEDAD,
- Tú, que has dicho que hay gran fiesta en el cielo por un pecador que se arrepiente, CRISTO, TEN PIEDAD,
-Tú, que perdonas mucho a quien mucho ama. SEÑOR, TEN PIEDAD,
Dios misericordioso tenga piedad de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Gloria
Monición a las lecturas
1. En pleno exilio, el pueblo de Israel recibe un anuncio esperanzado. Dios promete a su pueblo un futuro mejor que el pasado, una promesa que incluye también el perdón de los pecados. Un anuncio que hace que Israel se llene de alegría y de alabanza a su Señor. Recemos ahora con el salmo, reconociendo que somos pecadores, y con la certeza de que Dios tiene misericordia de nosotros y nos perdona.
2. Escuchemos en esta segunda lectura la recomendación de san Pablo: que nuestra fe en Jesús no sea dudosa y vacilante, sino fuerte y bien fundamentada, como lo fue el propio testimonio del apóstol. Una llamada a la entereza y a la coherencia en nuestra vida cristiana.


Oración universal:
Presentemos ahora nuestras intenciones, con la certeza de que seremos escuchados. Oremos diciendo: ESCUCHANOS, SEÑOR.
1. Por la Iglesia. Que sea portadora de esperanza, de salud y de salvación para todos. OREMOS:
2. Por todos los cristianos. Que nos mantengamos firmes en la fe y en el amor, a pesar de las dificultades y contratiempos. OREMOS:
3. Por nuestra sociedad. Que todos seamos capaces de reconocer los propios errores, y se pueda avanzar par el camino del diálogo y del perdón. OREMOS:
4. Por todos los que lo pasan mal. Que encuentren en Jesús y en los cristianos la palabra y el gesto sanador y salvador que necesitan. OREMOS:
5. Por nosotros. Que la Eucaristía que celebramos nos ayude a llevar nuestras cruces con fuerza y esperanza, y a avanzar por el camino de la vida con optimismo e ilusión. OREMOS:
Celebrante: Escucha, Padre, nuestras oraciones, y concédenos lo que te hemos pedido con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Lectura del libro de Isaías 43,18-19.21-22.24b-25
Así dice el Señor: «No se acuerden de las cosas pasadas, no piensen en las cosas antiguas; miren, voy a realizar algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notan? Abriré un camino por el desierto, ríos en la llanura, para apagar la sed del pueblo que yo formé para que proclamara mi alianza. Pero tú no me invocabas, Jacob, ni te esforzabas por mí, Israel; me agobiabas con tus pecados y me cansabas con tus culpas. Soy yo, y sólo yo quien borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados».
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.


Salmo (40)
R. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
- Dichoso el que cuida del pobre y desvalido; en el día de la desgracia lo pondrá a salvo el Señor. EI Señor lo guarda y lo conserva en vida, para que sea dichoso en la tierra, y no lo entrega a la saña de sus enemigos. / R.
- EI Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, calmará los dolores de su enfermedad. Yo dije: Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti. / R.
- A mí, en cambio, me conservas la salud, me mantienes siempre en tu presencia. Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora y por siempre. Amén. Amén. / R.


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,18-22
Hermanos: ¡Dios es testigo! La palabra que les dirigimos a ustedes no fue primero «sí» y luego «no». Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo les hemos anunciado, no fue primero «sí» y luego «no»; en el todo se ha convertido en un «sí»; en él todas las promesas se han cumplido. Y por el podemos responder: «Amén» a la gloria de Dios. Es Dios quien a nosotros y a ustedes nos fortalece en Cristo. EI nos ha ungido, el nos ha marcado con su sello, y ha puesto en nuestros corazones el Espíritu, como prenda de salvación. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio Lc 4,18
Aleluya, aleluya. EI Señor me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad. R. Aleluya.


Lectura del santo evangelio según san Marcos 2,1-12
R. Gloria a ti, Señor.
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaum, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni siquiera junto a la puerta. El les anunciaba la palabra. Entonces, le llevaron entre cuatro un paralítico y, como no podían acercarlo a Jesús, a causa del gentío, abrieron el techo encima de donde estaba él y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados quedan perdonados». Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla este así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios? Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué piensan eso? ¿Qué es mas fácil: decirle al paralítico: "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge tu camilla y anda"? Pues, para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados... ». Entonces le dijo al paralítico: «Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa». Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron admirados y daban gloria a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual». Palabra del Señor. R. Gloria a ti Señor Jesús.


Lecturas de la semana
Lunes 23: Siracides 1,1-10; Sal 92; Marcos 9,14-29.
Martes 24: Siracides 2,1-11; Sal36;Marcos 9,30-37.
Miércoles 25: MIÉRCOLES DE CENIZA. Joel 2,12-18; Sal 50; 2Corintios 5,20-6,2; Mateo 6,1-6.16-18
Jueves 26: Deuteronomio 30,15-20; Sal 1; Lucas 9,22-25
Viernes 27: Isaías 58,1-9; Sal 50; Mateo 9,14-15 55.
Sábado 28: Isaías 58,9b-14; Sal 85; Lucas 5,27-32
DOMINGO PRIMERO DE CUARESMA- 01/03: Génesis 9,8-15; Sal 24; 1Pe 3,18-22; Marcos 1,12-15

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