domingo, 21 de mayo de 2017

Solemnidad de la Ascensión del Señor
Ciclo A

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 1,1-11


En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando desde el principio hasta que, después de dar instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles, ascendió al cielo. Después de su pasión se les presentó, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.
Una vez que comían juntos, les recomendó: "No se alejen de Jerusalén; aguarden que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo les he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días ustedes serán bautizados con Espíritu Santo." Ellos lo rodearon preguntándole: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?" Jesús contestó: "No les toca a ustedes conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, recibirán fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo."
Dicho esto, fue elevado, hasta que una nube lo ocultó de su vista. Mientras miraban fijamente al cielo, viendo cómo Jesús se alejaba, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacen ahí plantados mirando al cielo? Este Jesús que entre ustedes ha sido llevado al cielo volverá de la misma manera que lo han visto marcharse." 
                                                                                  Palabra de Dios

Salmo (46)

R. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.

Pueblos todos batan palmas, aclamen a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. R.
Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas; toquen para Dios, toquen, toquen para nuestro Rey, toquen. R.
Porque Dios es el rey del mundo; toquen con maestría. / Dios reina sobre las naciones, / Dios se sienta en su trono sagrado. R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1,17-23

Hermanos: 
Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de su corazón, para que comprendan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuál es la riqueza gloriosa que da en herencia al pueblo santo, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Todo lo puso bajo los pies de Cristo, constituyéndolo Cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo y, por lo mismo, plenitud del que llena totalmente el universo. 
                                                                                 Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio                              Mt 28, 19.20
Aleluya, aleluya
Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos - dice el Señor-; yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo R. Aleluya

+ Conclusión del santo evangelio según san Mateo   28,16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: "Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." 
                                                                              Palabra del Señor.

Comentario

Mateo concluye su Evangelio con un relato de encuentro, envío y promesa de Jesús a sus discípulos.
El encuentro final de Jesús con sus discípulos tiene lugar en un escenario significativo: en Galilea, donde él comenzó la misión; y en un monte, como cuando Dios congregó a su pueblo en el Sinaí. En este encuentro Jesús constituye el nuevo pueblo mesiánico que continúa su misión. Es el momento del nacimiento de la Iglesia. Los discípulos expresan la fe, sin ella no hay fundamento para el nuevo pueblo, para la Iglesia, para la misión. Pero, es una fe acompañada de la duda compañera inseparable.
El envío tiene su raíz y fundamento en la plena autoridad, o plenitud del poder que se le ha dado a Jesús resucitado. Este envío es continuación y participación de la misión de Jesús. Misión que no tiene fronteras.
El fin de la misión es “hacer discípulos” cuyas condiciones son: el bautismo y la enseñanza, siendo Jesús el maestro. El discípulo seguirá siendo discípulo.
La fórmula del bautismo: “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” nos recuerda que Dios es sólo Amor y nos vincula con este Dios.
La promesa: “estoy con ustedes cada día, hasta el fin del mundo” nos muestra que el resucitado no se ha ido, sino que permanece. Es el Emmanuel = Dios con nosotros.
Las últimas palabras de Jesús son una invitación de volver al principio del Evangelio para escuchar de nuevo sus enseñanzas y contemplar sus signos. Y son también un mandato de comunicar a otros la Buena Noticia con la certeza de que el resucitado sigue entre nosotros.
No estamos solos, perdidos en medio de la historia, abandonados a nuestras propias fuerzas; él está con nosotros. Incluso en los momentos difíciles como los que estamos viviendo hoy. Para los primeros creyentes, Jesús no era un personaje del pasado, sino alguien vivo que animaba, vivificaba y llenaba con su Espíritu a las comunidades.
Pero hay algo más, cuando nos encontramos con una persona necesitada, despreciada y abandonada nos encontramos con aquel que quiso solidarizarse con ellas de manera radical.

Celebrar la Ascensión del Señor, es una llamada a seguir esperando a pesar de las decepciones, desengaños y desalientos. A lo largo de la vida podemos sentir una doble tentación: dejar de lado todo o anticipar la llegada a la meta. Es también, una llamada a la paciencia histórica, con un espíritu firme y fuerte ante el desgaste de los años. Es recorrer nuestro propio camino con sus gozos y tristezas, sus logros y sus fracasos, sus momentos buenos y malos. Nos lo recuerda muy bien aquellos versos de León Felipe: “Nadie fue ayer, ni va hoy, ni irá mañana hacia Dios, por este camino que yo voy. Para cada hombre guarda un nuevo rayo de luz el sol, y un camino virgen Dios”. En este caminar los creyentes sabemos que no estamos solos. 

Lecturas de la semana

Lunes:    Hch 19, 1-8 / Sal 67/ Jn 16, 29-33
Martes:  Hch 20, 17-27 / Sal 67/ Jn 17, 1-11a
Miércoles: La Virgen María auxilio de los cristianos 
               Sof 3, 14-18 / Is 12/ Lc 1, 39-56
Jueves:  San Justino. 
               Hch 22, 30; 23, 6-11/ Sal 15/ Jn 17,20-26
Viernes: Hch 25,13-21/ Sal 102 / Jn 21,15-19
Sábado: Hch 28, 16-20.30-31/ Sal 10/ Jn 21,20-25

No hay comentarios:

  CELEBRAMOS LA NAVIDAD EN NUESTRA INSTITUCIÓN EDUCATIVA   I.                      DATOS INFORMATIVOS:   1.1. INSTITUCION EDUCATI...